La Red BIO de Entidades Locales ha entregado el Premio de Buenas Prácticas por la Biodiversidad en reconocimiento a doce actuaciones en el ámbito de la conservación de los espacios naturales y la protección y el incremento de la variedad de especies biológicas.

En esta cuarta edición concurrieron 36 proyectos de 21 entidades locales, destacando tanto su variedad como su diversidad geográfica. Nueve ayuntamientos y dos diputaciones provinciales fueron seleccionados en las seis categorías: biodiversidad e impulso económico, fauna, flora, hábitats, infraestructura verde y sensibilización ciudadana. Entre ellos, el Ayuntamiento de Madrid, a través de su Departamento de Educación Ambiental, fue finalista en la categoría de flora con el proyecto de ‘Guardianes de las semillas’.

Los huertos escolares, ‘guardianes de las semillas’

En el curso 2019/2020 el Departamento de Educación Ambiental (Dirección General de Sostenibilidad y Control Ambiental del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad) del Ayuntamiento de Madrid, puso en marcha el proyecto Guardianes de semillas con la firme convicción de que los huertos escolares son un excelente laboratorio para realizar actividades de sensibilización para la conservación de semillas de variedad local y así, hacer frente a la pérdida no sólo de biodiversidad, sino también cultural.

Lechugas, habas, guisantes y espinacas

El premio ha supuesto un reconocimiento a la labor emprendida en esta propuesta, ya que, en dos años de funcionamiento, se consiguieron nada menos que 3.450 semillas de habas y otras 15.600 de lechuga morondilla, ambas variedades de Perales de Tajuña (Madrid).

En el período escolar 2021-2022, nueve centros educativos de la Red de Huertos Escolares Sostenibles de Madrid se unieron a la causa como guardianes de semillas. Una victoria más para la puesta en valor de las simientes de variedad local de estas legumbres y verduras que se reparten en los centros pertenecientes a esta red, con la doble finalidad de desarrollar contenidos curriculares a la vez que siembran, cuidan y recolectan estas semillas. El alumnado, bajo supervisión docente, dio a conocer estas variedades a través de cuentos, poniendo a prueba sus dotes artísticas con dibujos, y experimentado día a día el ciclo vital de una planta dentro del huerto escolar, entre otros hallazgos. Además, con la recogida y conteo de las pepitas, chicos y chicas desarrollaron sus habilidades matemáticas.

Las semillas de lechuga Morondilla recogidas por los centros, van destinadas al Vivero de Estufas del Retiro para su reproducción y reparto a los huertos escolares como parte del plantel de otoño-invierno del siguiente curso escolar (2023-2024). Las semillas de habas de Perales de Tajuña se reparten a otros centros de la Red. Como señal de agradecimiento, los centros receptores de simientes dan a conocer a través de un correo, vídeo o fotografía la labor de conservación realizada con las semillas recibidas, cerrando así el círculo de colaboración. Si quieres ver un ejemplo del trabajo de los peques con las semillas en el huerto de uno de los centros que han participado, no te pierdas este vídeo del colegio Luis Feito.

Durante el presente curso 2022-2023 se han incorporado al proyecto 12 centros y dos variedades nuevas para recuperar y reproducir, consistentes en 60 semillas de guisante de Arganda del Rey, además de 100 semillas de espinaca de oreja de liebre de Perales de Tajuña. Una parcela del CIEA El Huerto del Retiro, cedida al proyecto, recibirá la siembra de ambas especies.

Actuar desde lo local con un planteamiento global

La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) asume el desafío que supone la supervivencia del planeta con una propuesta basada en actuaciones a nivel local para trascender a lo global, poniendo el foco en mejorar la salud de las ciudades, como parte del compromiso de las corporaciones locales en fomentar políticas más sostenibles y resilientes. La creación de espacios verdes más frondosos, posibilita una biodiversidad más rica y genera mayor calidad y esperanza de vida, además de favorecer el bienestar, la salud mental y las relaciones sociales.

Para saber cómo opera todo esto en la práctica diaria, la declaración 3-30-300, te dará la pauta para saber si el entorno en el que vives cumple con esta regla. Para ello debes observar si puedes avistar al menos tres árboles desde la ventana, balcón o terraza de tu casa, si tu vecindario dispone de un 30 % de masa arbórea, y si la distancia al parque o espacio verde más cercano no supera los 300 metros.

Nunca subestimes el poder de lo local: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”.

¡Anímate a ser centro ‘Guardián de Semillas’!