Cada seis meses hay una fiesta con gran afluencia de población adolescente en nuestra ciudad: una en primavera y otra en otoño, una a mediados de mayo y otra a mediados de octubre: una en Carabanchel y otra en Fuencarral.

En el resto de los barrios madrileños también se celebran fiestas, y algunas de ellas con mucha presencia joven, como las de la Melonera, Aluche, la Carmela, Vicálvaro o Chamartín, pero ninguna como la de la Pradera de San Isidro o la del Pilar. 

La actuación del Ayuntamiento para evitar que haya problemas con el botellón comienza con el control de los accesos por la Policía Municipal, y termina con la asistencia de las personas con intoxicación etílica a cargo del SAMUR. También se facilita el cuidado al entorno con más contenedores de residuos, con la instalación de baños portátiles y se previenen agresiones y peleas con la presencia de la policía dentro del recinto. La novedad es que desde hace un año a estas intervenciones para evitar los efectos del botellón en las fiestas se ha sumado el programa de reducción de riesgos de Madrid Salud.

Además del despliegue de vallas, jardineras, barreras new jerseys, noesno.madrid.es… la carpa de Madrid Salud con el Programa #AcciónBotellón se ha convertido en una constante cada fin de semana en las fiestas de los distritos. Son casi 14 metros cuadrados, pero lo importante allí es el trabajo que profesionales y personal voluntario de ABD y Cruz Roja Juventud hacen con las personas más jóvenes que asisten a estos eventos.

¿Qué hacemos? Acercarnos a los grupos de adolescentes y jóvenes que están bebiendo. Esos grupos que están bebiendo las botellas que compran fuera del recinto ferial. Esos grupos en los que comparten la bolsa de gusanitos que han comprado con el pequeño fondo que pusieron en común. Esos grupos en los que tocan solo a un puñado de gusanitos, pero a muchos tragos de alcohol: beben mucho y en poco tiempo. Por eso vamos a su encuentro, no les esperamos en nuestro servicio de prevención de adicciones, vamos allí donde deben entender que hay que beber despacio, comer más que dos o tres chuches, alternar con agua o bebidas sin… Estamos ahí para enseñar cómo es eso de la posición lateral de seguridad si se ha emborrachado la amiga que bebe por primera vez, mientras esperan al SAMUR.

Cuando en vez de unos cuantos grupos, hay verdaderas oleadas de jóvenes como ocurre en la Pradera de San Isidro y, en estos días, en el barrio del Pilar, el flujo de personas para hacer un “pasapalabra” o recoger información o preservativos en la carpa es constante. La coordinación con policía o con el SAMUR es más habitual y el trabajo de los servicios municipales se intensifica. Es en estos días de otoño cuando la etiqueta #AcciónBotellón adquiere su mayor significado.