Por iniciativa vecinal, la Mesa de Cultura y Deporte de Villa de Vallecas, el domingo 8 de octubre celebró el primer Paseo cultural homenaje a la poética de la Escuela de Vallecas, con motivo del 90º aniversario de las “caminatas poéticas” del escultor Alberto Sánchez junto a Pancho Lasso y el pintor Benjamín Palencia.
Aquel movimiento plástico fue bautizado por su principal artífice, Alberto Sánchez, como Escuela de Vallecas, ya que el paisaje rural vallecano expresaba la imagen perfecta de la íntima relación hombre-tierra que querían resaltar, haciendo del cerro Almodóvar (llamado por ellos “Cerro Testigo”) la atalaya icónica para lanzar su poético credo artístico: «vivan los campos libres de España”. El pueblo de Vallecas, y su Cerro Testigo, fue su destino frecuente y les acompañaron otros artistas y poetas como Maruja Mallo, Díaz Caneja, Luis Castellanos, Federico G. Lorca, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Pablo Neruda…
El domingo a las diez de la mañana, en la puerta del Museo Reina Sofía, -junto al monolito, reproducción de la obra de Alberto, El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella-, para iniciar el paseo con la lectura de un texto conmemorativo y de un poema de Rafael Alberti dedicado a Alberto, recitado por Mar Alberca.
De allí, el grupo se desplazó en metro hasta Miguel Hernández, donde el Paseo realizó su primera parada -en el 75º aniversario de su muerte- junto al busto dedicado al poeta de Orihuela, en la avenida de la Albufera. Más de cincuenta personas se unieron al grupo inicial de unas treinta. Se recordó la intensa participación que tuvo Miguel Hernández en aquella aventura poética vallecana durante 1935. Carmen Ferri, evocó su figura con la lectura del poema “Me llamo barro” de El rayo que no cesa, escrito bajo la influencia artística y sensorial de la relación que Miguel mantuvo con la Escuela y de forma señalada y erótica con Maruja Mallo. A continuación, el actor Carlos Olalla leyó la primera parte del texto de Hernández, titulado Alberto el vehemente, iniciándose después, el tramo peatonal del Paseo.
La segunda parada tuvo lugar en el Campus Sur de la Universidad Politécnica de Madrid, hacia las once y media. Allí, el Paseo planteó la necesidad de reflexión sobre la rehumanización de los espacios urbanos, recuperando la memoria del paisaje rural del pueblo de Vallecas, al detenerse en la proximidad de su antigua Arboleda. En ese frondoso espacio, se explicó el arraigo que tuvo el lugar dentro de las celebraciones populares del pueblo, así como la importancia de la red de vías pecuarias y del curso de los arroyos de la Gavia y de Carrantona que lo atravesaban. Jesús López, recitó un soneto de Alberti, dedicado a Alberto, acompañado con melodía de Falla a cargo de la flauta de Paula Tarancón.
El cuarto espacio del Paseo tuvo lugar en Carrantona, a las 12 horas, reuniendo ya una comitiva de más de cien personas. El historiador local de Vicálvaro, Valentín González de la asociación VicusAlbus, explicó los orígenes del manantial de Carrantona, que antiguamente perteneció al pueblo de Vallecas.
El Paseo continuó por una senda hasta el quinto espacio, una zona arbolada de pinos, dentro del parque forestal de Valdebernardo. Se recordó la importancia del trazado de los antiguos caminos entre ambos pueblos que discurrían cercanos al lugar, y por los que, sin duda, transitaron los miembros de la Escuela de Vallecas. Se leyeron tres poemas de Neruda, Blas de Otero y Juan Rejano, -recitados por Marián de la Cruz, de la Mesa de Cultura y Deporte, Laura Aguirre y Jesús López-. Jerjes, joven violinista acompañó dibujando melodías que recordaron las sesiones músico-poéticas de la generación del 27.
Hacia el mediodía lentamente, se alcanzó la cima del Cerro Almodóvar (Cerro Testigo), donde se sucedieron diversas intervenciones musicales y poéticas. Víctor Uceda, vocal vecino de Cultura y Deporte dio las gracias a todos los participantes. Carrión Chaves, de la Asociación de Vecinos La Colmena, continuó el acto recitando un poema de Sixto Eleta y otro propio. Tras él Paloma Cuesta, también componente de Poesía ViVa, leyó un poema de Félix del Valle, dedicado a Alberto; a continuación Carlos Olalla leyó la segunda parte de Alberto el vehemente; posteriormente Tina Risquez recitó un poema de Alberto dirigido al cerro Almodóvar; tras ella intervino el cantautor Gustavo Cabrera, con dos temas dedicados a Miguel Hernández. Carlos Olalla leyó un texto de Alberto Sánchez de 1960. Su voz se fundió junto a los acordes musicales del tema Rocinante, interpretado por el grupo local Murano, -David (saxo), Raúl (guitarra y voz), Álvaro (guitarra), junto a Paula Tarancón (flauta)-. El acto finalizó con el tema Días de escuela, que evocó esa otra escuela de enseñanza primaria del pueblo de Vallecas, contemporánea a Alberto, Benjamín, Hernández, Neruda, Lorca… la escuela del maestro humanista, Francisco Fatou.
La jornada acabó hacia las 14:30 horas, bajo una cálida luz que permitió descubrir con claridad las formas en el paisaje y recrear la experiencia plástica que Alberto y Benjamín deseaban encontrar en aquellas caminatas poéticas hacia este Cerro Testigo de Vallecas.