A veces, el paso del tiempo conlleva silenciosos cambios que pueden afectar al bienestar de las personas. Aquí es donde la tecnología y, en particular la Teleasistencia, se ha convertido en una herramienta discreta pero esencial en los hogares madrileños. Este servicio conforma una red popular consolidada de apoyo y compañía entre los mayores, de la que se beneficiaron el pasado año más de 150.000 usuarios, de los cuales el 73% eran mujeres de más de 80 años con riesgo social leve que, en la mitad de los casos, vivían solas.
