Llegó tarde, a mediados del pasado siglo, pero el abeto se instaló pronto en la Navidad madrileña. Vestido con espumillones, luces de colores y decenas de bolas brillantes, el abeto confraternizó rápidamente con los belenes y se convirtió en un elemento imprescindible de estas fiestas. El Ayuntamiento de Madrid vuelve a poner en marcha la campaña de recogida de árboles navideños. Será hasta el 1 de febrero. Y un dato, el año pasado se recibieron más de 370 ejemplares.