La reciente restauración de los elementos arquitectónicos e instalaciones de la rosaleda del parque del Oeste, realizada por el Ayuntamiento de Madrid, ha vuelto a poner en el foco uno de los espacios más privilegiados y exquisitos del distrito de Moncloa-Aravaca. Un jardín en el que los madrileños pueden disfrutar de una visita para impregnarse de los aromas y colores en la mejor época de floración de los rosales, y de manera gratuita.

Con la rehabilitación, se ha mejorado la experiencia de los visitantes y los itinerarios entre los parterres, pérgolas o taludes para observar cómo crecen variedades excelentes como la rosa Banksiana, que no presenta espinas y desarrolla una sola floración al año; disfrutar del rosal Dot, la especie más pequeña del mundo, y de otros ejemplares históricos como la Mme A. Meilland con el que se conmemoró el final de la II Guerra Mundial; el rosal tapizante Nozomi, con sus cinco pétalos, o la Damascena, que te cautivará por su perfume.

El papel fundamental de las pérgolas

Las pérgolas cumplen un papel fundamental en los jardines, pues sirven para enlazar pabellones. Como estructuras autónomas proporcionan sombra y refugio a lo largo de una senda y sirven de soporte para el crecimiento de rosales trepadores. Se convirtieron en un elemento vertebrador favorito de los jardines naturalistas de estilo inglés de los siglos XVIII y XIX.

Las obras de recuperación integral de la rosaleda se iniciaron el verano pasado, y se han centrado en la reconstrucción de las pérgolas metálicas, la pérgola de piedra caliza que alberga un estanque, el vallado y el pavimento, deteriorados por el paso del tiempo y los estragos de Filomena. Ahora han recuperado su esencia arquitectónica original, conservando su diseño, belleza y funcionalidad, para hacer de este jardín un perfecto ‘camino de rosas’.

Así, se han reparado los pilares que sustentan estos arcos por los que se extienden los rosales trepadores, se ha reconstruido el esqueleto abovedado, que se había derrumbado en su totalidad, y se ha rehabilitado la pérgola metálica circular de 35 metros de largo, situada al noroeste del jardín.

La pérgola de ladrillos de piedra caliza blanca del ala sudoeste, que había colapsado parcialmente por la caída de un árbol, ha sido recuperada en su integridad. El vallado perimetral también ha sido objeto de reforma, que ha afectado tanto al cercado noble de la fachada principal de acceso como al resto del perímetro, que había sufrido daños por la caída de varios pinos. El pavimento para carruajes ha experimentado una mejora gracias al aplanamiento de la superficie, ofreciendo un firme seguro y estéticamente renovado. 

Un jardín excelente que sirve como indicador de los cambios climáticos

La rosaleda del parque del Oeste se inauguró en 1956 por el entonces alcalde, el conde de Mayalde. Fue diseñada a la manera de las rosaledas clásicas de otros parques europeos. Su principal inspirador, Ramón Ortiz Ferré, era el director de Parques y Jardines de Madrid, motivo por el cual fue bautizada con su nombre. Este jardín está incluido con nivel 1 de protección en el Catálogo de Parques Históricos y Jardines de Interés.

En 2006 la Rosaleda fue galardonada por la The World Federation of Rose Societies con el Award of Garden Excellence, o Jardín de Mérito Internacional, un reconocimiento a los jardines dedicados a las rosas que destacan por su excelencia, calidad, singularidad y belleza en el mundo.

Se extiende a modo de terraza en una superficie de 32.000 m2, sobre una ladera con pendiente pronunciada que desciende hacia el Manzanares, por lo que ofrece unas vistas impresionantes de la ciudad. Con una disposición regular y simétrica, organizada por polígonos con rosales de distintos colores y fragancias, alberga unas 20.000 plantas, pertenecientes a más de 650 variedades diferentes de rosales modernos: cuatro centenares de porte bajo y el resto trepadores, llorones, pie alto, etc…

El espacio goza de una importante representación de variedades de rosales españoles, así como de obtentores de rosas procedentes de otros puntos del globo. Esta colección es objeto de estudio de botánicos y expertos. Las especies presentes tienen nombres que nos sugieren ambientes exuberantes y exquisitos, tales como: floribundas, híbrido de té, rosal cubresuelos o rosal de paisaje.

Varios estanques con nenúfares componen una estampa idílica. La Fuente de la Juventud, obra de Lucio Oñoro, exhibe una escultura de Federico Coullaut-Valera y es el único elemento decorativo no vegetal del jardín.

La rosaleda ofrece en cada estación del año un paisaje diferente según su floración. Y probablemente no sepas que este espacio también sirve como ‘laboratorio de ensayo’ para el estudio del comportamiento de los rosales y su relación con los cambios climáticos que se registran en nuestra ciudad.

Mayo es el mes de la Rosa de Madrid

Como todos los años, en mayo se celebrará en esta Rosaleda el certamen popular y el Concurso Internacional de Rosas Nuevas Villa de Madrid en el que participan rosales de todo el mundo. Las platabandas en aspa albergan los rosales de concurso, mientras que el resto del jardín se divide en parterres sobre los que se extienden las variedades que constituyen el fondo de exposición.