Renaturalización del entorno. Regeneración de espacios abandonados, tantas veces utilizados como vertederos y convertidos ahora en zonas estanciales y de juegos, donde pasear, poder sentarse y descansar, disfrutar del ocio…en definitiva, convivir. Pasar del gris del asfalto cuarteado, del marrón de la tierra abandonada, al abanico de colores que la vegetación proporciona dando la bienvenida a cada estación del año. Pasear por los barrios, ahora productores, con sus huertos cuidados con mimo por sus vecinos. Y respirar gracias al nuevo pulmón verde de Madrid, el Bosque Metropolitano.

Todo lo descrito es una realidad en la capital gracias a Madrid isla de color, una estrategia pública encabezada por el Área de Desarrollo Urbano que tiene como objetivo la transformación de terrenos abandonados, o mal utilizados, en zonas verdes multifuncionales, y que en doce distritos de la capital ya se ha materializado a través de 29 actuaciones realizadas.

En el trasfondo de esta iniciativa se encuentra la preocupación por Madrid y los madrileños, en una apuesta por mejorar el medio ambiente, con el propósito de que la ciudad tenga una sociedad saludable, que respire un aire limpio gracias a una infraestructura verde que la inunde, donde haya lugar para el esparcimiento, los espacios comunes y la convivencia, y que derive a su vez en climas menos extremos.

Un proyecto con diversas actuaciones

Madrid isla de color engloba diferentes actuaciones como el Bosque Metropolitano, el gran anillo verde de 75 kilómetros que bordeará la ciudad creando una continuidad de naturaleza forestal y que contará con especies autóctonas como encinas, álamos, madroños o fresnos, contribuyendo a la restauración ecológica y paisajística de zonas degradadas por la acción del hombre o la propia naturaleza. Enmarcados en este proyecto ya se han realizado actuaciones como la de la Cuña Norte de O´Donnell, que ha mejorado la accesibilidad de caminos y sendas sobre una superficie de 45.000 m2.

O el Bosque de los Abrazos Perdidos, el homenaje que la ciudad de Madrid rinde a todos los vecinos que marcharon para siempre a causa de la COVID-19. Ubicado en el distrito de Hortaleza, se ha conseguido crear un espacio entre la vegetación para el disfrute de los madrileños con zonas de picnic y calistenia.

Madrid isla de color también viene de la mano de los barrios productores gracias a células de producción urbana, que se conciben como una forma de mejorar la formación en sectores como la agricultura y la jardinería, la nutrición, la salud y la alimentación. Partiendo de la experiencia de los huertos desarrollados desde hace años por los vecinos madrileños, los barrios productores dan un paso más con el objetivo de crear empleo y fomentar el emprendimiento. Un ejemplo de esta iniciativa se encuentra en el Huerto El Pozo, en Puente de Vallecas, donde también hay cabida para un aula de formación, así como una zona estancial, que sirve de punto de encuentro.

La renaturalización de espacios es otro de los pilares de este proyecto, que cuenta con numerosas actuaciones ya realizadas con el pensamiento puesto en los vecinos, ya sean mayores o niños. Bahía de Cádiz, o los Jardines del Niño de la Eterna Sonrisa, en Barajas; Ricardo Ortiz en Ciudad Lineal; el Jardín de Ribadavia, el Mirador de Montecarmelo, o los Jardines de Palaos en Fuencarral-El Pardo; y el Jardín de los Maestros, o el Jardín del Olmo Viejo en Hortaleza son algunos ejemplos de las zonas que ya se han recuperado.

Al igual que también se han recuperado y acondicionado diferentes espacios urbanizados que se utilizaban habitualmente pese a su mal estado. Nuevas infraestructuras, pavimentación, creación de aceras accesibles, o señalización de aparcamientos en zonas como calle de Carmen Garrido Pérez, en el distrito de Ciudad Lineal; o la conexión de las calles de Enrique Velasco y Picos de Europa en Puente de Vallecas, sirven de ejemplo de estas actuaciones realizadas con la finalidad de dotar de nuevos servicios a los madrileños.

En definitiva, Madrid isla de color persigue la transformación de la capital en una ciudad más agradable a través de la mejora de los espacios degradados en todos los distritos de la capital, y con la finalidad de proporcionar un futuro más saludable y feliz para sus habitantes.