SSMM los Magos de Oriente fieles siempre a su cita pusieron punto final a la Navidad. En los hogares quedan restos de paquetes, papeles de colores, cintas e ilusiones hechas regalos para disfrutar a lo largo del nuevo año. La pandemia ha vuelto a ser el telón de fondo, pero no ha impedido el reencuentro. Volvieron los mercadillos, las campanadas en la Puerta del Sol, la San Silvestre y…la cabalgata. Imágenes que han quedado en la retina de todos y forman parte del ‘álbum’ de esta ciudad. ¿Te apetece repasarlas?
Los puestos de los mercadillos volvieron a salpicar calles y plazas y, en especial, el de la Plaza Mayor que, con sus 104 casetas, recuperó el 100 % de su ocupación. Madrid se enfundó el traje de luces con más de 11 millones de bombillas led iluminando más de 230 calles y plazas de los 21 distritos. La lista de emplazamientos sumó 25 nuevas ubicaciones, una de ellas, la renovada plaza de España, donde se instaló un abeto de 18 metros de altura y 1,5 toneladas de peso, o el parque de El Retiro en los paseos de México y de las estatuas, y en la zona del estanque. Además de los típicos arcos cruzando de lado a lado las calles, 6.700 cadenetas crearon un camino de luz equivalente a unos 147 kilómetros.
Poco después llegó la felicitación navideña del Ayuntamiento. Y lo hizo tirando de vanguardia, con un videomapping que llenó de fantasía la fachada del palacio de Cibeles, dando paso así a lo que sería una de las novedades de este año: convertir el rico patrimonio arquitectónico de la ciudad en un lienzo en blanco para disfrutar de su patrimonio pictórico. Las fachadas de seis templos albergaron, en colaboración con el Museo del Prado, distintas escenas de la Natividad, envueltas por la música y la dramaturgia que convirtieron este encuentro entre la arquitectura religiosa y la pintura en una cita imprescindible.
Como también lo ha sido la ruta de belenes: napolitanos, populares, vivientes, iberoamericanos… Este año ha vuelto a Cibeles el belén de estilo hebreo del Ayuntamiento de Madrid creado por uno de los belenistas de mayor renombre, José Luis Mayo, y hemos podido revisitar otros clásicos como los belenes de la plaza de la Villa y el Museo de Historia de Madrid. Precisamente, la iconografía tradicional de los belenes napolitanos fue la inspiración de la ilustradora Ana Jarén, autora de la imagen navideña de este año.
Otro plan protagonista estas fiestas fue el patinaje, deslizarse por la Navidad en las pistas de hielo, algunas ya clásicas como las de CentroCentro, Matadero y Colón, otras menos conocidas como las que se instalaron en muchos distritos.
Navidad al abrigo de la música
El frío de diciembre se combatió mejor arropados por la música, que inundó los centros culturales y teatros municipales, llevó la voz de los distritos a CentroCentro, nos sorprendió en calles, plazas e iglesias y trajo el calor de los ritmos brasileños a Matadero, aprovechando que allí Brasil, como país invitado de la Navidad de Encuentro, acercaba a los madrileños su rico acervo cultural.
Casi, casi tan asociada al fin de año como las uvas es la San Silvestre Vallecana que, con el lema Volvemos, congregó a más de 40.000 corredores que querían despedir corriendo el 21 y meterse pronto en la esperanza del 22. Poco después, la Puerta del Sol volvía a mostrar unos cuantos de miles de cabezas alzadas hacia el reloj para no perderse ni una campanada.
Pequeños y grandes se debatían a diario para ver a dónde ir: ¿títeres? ¿cuentos? teatro? Casi todas las propuestas concentradas en Matadero, pero salpicadas también por muchos rincones de la ciudad. Y entre propuesta y propuesta del programa, siempre quedaba un rato para seguir la Ruta del Buzón Mágico y asegurarse así de que las cartas llegaban en tiempo y forma a SS.MM.
Seguro que todos lo consiguieron porque Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron a Madrid y se pasearon primero por Chamartín, Carabanchel, Ciudad Lineal, Moncloa-Aravaca, Moratalaz, Usera, San Blas-Canillejas, Tetuán y Villa de Vallecas para seguir luego por otros distritos como Barajas, Hortaleza, Latina, Puente de Vallecas, Vicálvaro y Villaverde, cerrando una página que quedará en la memoria de todos.