Caminar por él es como pasear bajo la sombra de unos gigantescos paraguas hexagonales invertidos. Ganó en 1958 el primer premio de Arquitectura en la Exposición Universal de Bruselas, pasando por delante de uno de los iconos de la capital belga, el Atomium, ese átomo gigante de 102 metros de altura construido expresamente para esa exposición. Un año después se irguió en la Casa de Campo, en el recinto ferial donde acogería alguna de las famosas ferias del campo que, desde la década de los 50 y hasta mediados los 70, se celebraban con carácter bienal o trienal. Después durante tres décadas cayó en el olvido. Hasta ahora.
Te contamos cómo el Ayuntamiento está recuperando un edificio emblemático de la arquitectura madrileña del pasado siglo, firmado por los arquitectos José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún. Ya han terminado las obras de la primera fase de su rehabilitación, emprendida por el Área de Cultura, Turismo y Deporte para que vuelva a ser disfrutado por la ciudadanía como espacio expositivo.
Exposición permanente
José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún tenían, en la concepción de proyecto, que cumplir con dos condiciones impuestas por los organizadores de la exposición universal: respetar el arbolado y desmontar la construcción una vez finalizada la muestra. Es decir, el edificio tenía que ser una especie de mecano desmontable que luego se pudiera acoplar a otros espacios. De ahí que en Bruselas tuviera una forma más en V para adaptarse a la colina donde se ubicaba y en la Casa de Campo adoptara un diseño más triangular, siguiendo la configuración que hicieron los dos arquitectos para adaptarlo a una ubicación tan diferente de la inicial.
El conjunto, formado por 130 hexágonos tiene una superficie total de 3.020 metros cuadrados, sobre los que la rehabilitación ha intervenido en aproximadamente un tercio, con una inversión cercana a 1,4 millones de euros.
En la restauración se han aunado técnicas actuales y clásicas para mejorar mejorar las prestaciones de los materiales utilizando tecnología contemporánea. Próximamente se van a realizar pequeñas obras para desmontar algunos elementos en riesgo de la zona no restaurada, adquirir un sencillo mobiliario que facilite la visita y un sistema de seguridad.
Además, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento ha facilitado la recuperación del acceso principal con una pequeña obra de urbanización que facilita la llegada al edificio y la accesibilidad y el entendimiento de la obra realizada.
El Área de Cultura, Turismo y Deporte prevé llevar a cabo una exposición con carácter permanente en este singular inmueble para que la ciudadanía pueda no sólo conocer el pabellón, su técnica -materiales, adaptabilidad…-, cómo fue construido, sino también el contexto de la Casa de Campo y el de Bruselas, donde se instaló, así como los valores que lo han convertido en referente en la arquitectura española.
Acero, vidrio, aluminio, ladrillo
El pabellón se configura mediante un elemento estructural, el hexágono, que recoge el agua de lluvia, sustentado por un fuste que facilita la evacuación del agua a una curiosa arqueta que es a la vez cimentación y de ahí es conducida a la red de saneamiento. Esta estructura a modo de paraguas invertidos, su repetición y juego de alturas y niveles constituye un modelo perfecto de la arquitectura modular y un paradigma para la arquitectura moderna española, construida con muy pocos materiales: acero, vidrio, aluminio, ladrillo.
Para abordar su recuperación, el Ayuntamiento comenzó por organizar hace tres años diferentes organismos dependientes de los ministerios de Infraestructuras, Transportes y Medio Ambiente y Cultura y Deporte, la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, universidades y colegios de arquitectos. Es decir, sumando aportaciones y recopilando una amplia investigación documental que sirviera de base al proyecto y lo mantuviera fiel a asu esencia. De este equipo surgió el denominado Proyecto Piloto de Restauración que ahora se ha ejecutado y donde se han llevado a cabo las soluciones constructivas y los procedimientos de ejecución que más adelante se llevarán a cabo en todo el pabellón.
Pasear por la Casa de Campo tiene ahora una parada obligatoria más.