Su edad, su educación, su baja autoestima, su miedo de años… son todos factores de una suma cuyo producto es una mayor vulnerabilidad. Y es que la violencia de género se ceba especialmente en las mujeres mayores de 60 años y hace que cerca del 13 % de las víctimas mortales por esta lacra en Madrid en los últimos 17 años –de 2003 a 2020- sean mayores de esa edad. Es decir, de las 109 mujeres asesinadas en Madrid, según datos de la Delegación de Gobierno, 14 superaban los 60 años.
Por eso el Ayuntamiento, a través del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, ha elaborado un Diagnóstico de la Violencia de Género en Mujeres Mayores de 60 Años en Madrid, un pilar básico para encarar la estrategia de detección y atención integral a este colectivo, que es uno de los compromisos incluidos en las 21 medidas prioritarias, consensuadas con los grupos políticos municipales. El diagnóstico se acaba de presentar, justo en los albores de un mes, marzo, en el que la mujer cobra especial protagonismo.
Dándoles voz
El pasado 25 de noviembre -Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer- el Ayuntamiento ya alertó de la invisibilidad de este grupo de mujeres, centrando su campaña en ellas. La labor ha seguido y con este estudio se persigue contar con diagnóstico sólido sobre lo que les pasa, lo que sienten y lo que necesitan, recogiendo sus testimonios y los de los profesionales que las atienden a través de los distintos servicios municipales.
El diagnóstico incluye el análisis de los últimos estudios realizados en España sobre este problema; la experiencia aportada por los talleres ‘Envejecimiento y buen trato’, en los que participaron 30 mujeres; las entrevistas realizadas a cerca de una veintena de víctimas de violencia por sus parejas o exparejas, más los cuestionarios con las respuestas abiertas de 200 profesionales tanto de los servicios municipales como de entidades que trabajan con mujeres mayores (Red de Atención a Víctimas de Violencia de Género, espacios de igualdad, centros de servicios sociales, servicios de mayores, Policía Municipal, Madrid Salud y Samur Social).
Mayor vulnerabilidad, ¿por qué?
De las páginas del diagnóstico se desprende claramente que estas mujeres conforman un grupo de población muy invisibilizado y uno de los menos estudiados cuando, precisamente, ellas están más expuestas al riesgo de sufrir violencia de género y tienen mayores dificultades para ponerla fin. “Las mujeres mayores experimentan la discriminación de género en mayor medida que las jóvenes, y la discriminación por edad en mayor medida que los hombres mayores. Esta doble discriminación está en la base de su invisibilidad”, explica José Aniorte, delegado del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social.
Han sido 14 mujeres asesinadas en 17 años, pero las cifras van mucho más allá. La encuesta realizada en 2018 en distintos centros de mayores de la Comunidad de Madrid con mujeres de 60 años o más, desveló que el 22,3 % confesaba haberse sentido maltratadas alguna vez por su pareja.
Pero ¿qué factores inciden en ese mayor riesgo? Todos los estudios y las opiniones de los profesionales coinciden en señalar como rasgo común el contexto sociocultural en el que nacieron y se socializaron, especialmente las mujeres de más edad, y que las subordinaba al cabeza de familia, según la distribución de los roles tradicionales de género.
De hecho, todas las mujeres entrevistadas reconocen que han asumido dosis muy elevadas de desigualdad y subordinación en sus parejas. “Su mayor dependencia del hombre, tanto emocional como económica, y los valores asociados a lo que significaba ser mujer cuando se emparejaron les ha predispuesto a una mayor vulnerabilidad y tolerancia a situaciones de maltrato, al menos, al maltrato psicológico, que es el que más mina su autoestima”, detalla Aniorte
Aportando soluciones
La experiencia de todos los profesionales que han participado en este diagnóstico apunta a una serie de medidas, en las que el Ayuntamiento se ha comprometido a trabajar, para mejorar la vida de estas víctimas.
Formación e información son dos ejes claves tanto para los especialistas como para el entorno de estas mujeres y para ellas mismas. Un ejemplo, el 42 % de esos profesionales que han respondido al cuestionario, consideraban que no disponían de suficiente información y formación sobre la violencia en esta franja de edad. Igual de importante es trabajar en el entorno familiar, especialmente con los hijos, porque, aunque hay que potenciar los servicios de proximidad y acercar los especializados, es imprescindible reforzar el acompañamiento psicológico para ayudarlas mejor en sus entornos vitales. En esta línea se inscribe ya la unidad móvil del Servicio de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género (SAVD) que acaba de ponerse en marcha.
Adaptar o crear recursos residenciales y de alojamiento para las mujeres mayores que quieren romper la cadena es otra de las soluciones en la que también se avanza desde el Ayuntamiento ya que actualmente se está tramitando el expediente para crear viviendas de semiautonomía para mujeres víctimas de violencia de género, reservando tres de ellas a mujeres mayores.
Finalmente, los especialistas resaltan la necesidad de establecer protocolos de coordinación entre todos los servicios de atención a personas mayores y revisar el protocolo de maltrato en ese colectivo para que identifique y recoja de manera diferenciada y explícita la violencia de género dentro del maltrato.