Cocinas con los salones vacíos de comensales, pero llenas de profesionalidad, ilusión y solidaridad. Los mejores ingredientes para, junto a unos fogones a todo gas, elaborar diariamente miles de menús con los que poner un plato de comida caliente en las casas de las familias más vulnerables y en las mesas de trabajo de miles de profesionales de distintos ámbitos que alargaban su jornada laboral para encarar la crisis provocada por la COVID-19.

Decenas de chefs cogieron la sartén por el mango para dirigir desde sus cocinas caudales de solidaridad en forma de menús diarios. Por eso el Ayuntamiento de Madrid se suma al agradecimiento que Michelin ha promovido para endulzar este amargo momento por el que atraviesa el sector hostelero y, al mismo tiempo, promocionar la celebración de la gala anual que ha elegido este año a nuestra ciudad como escenario. Es la tercera vez que lo hace. La primera fue en 2010 con motivo del centenario de su famosa guía; la segunda en 2013. Esta será la primera en formato virtual. Retransmitida en directo a todo el mundo, allí se presentará la Guía MICHELIN España & Portugal 2021.

Grandes chefs comprometidos

Uno de los cocineros que ha colaborado con el Ayuntamiento ha sido José Andrés, fundador de la ONG World Central Kitchen. Desde su delegación en Madrid ha cocinado comida saludable en tiempos de crisis. Más de 30.000 familias han podido alimentarse gracias a los menús que este chef y su equipo elaboraron desde los fogones de la Escuela Municipal de Hostelería de Santa Eugenia, la más grande de las doce con las que WCK colabora en la ciudad.

Otros chefs sumaron ejemplos de solidaridad en forma de plato con sendas iniciativas enmarcadas en el proyecto municipal ‘Madrid cuida a quien te cuida’. La sede del catering Medems preparó alimentos para los profesionales sanitarios tanto en los 19 hoteles que albergaron a este personal como en el hospital provisional de IFEMA. Establecimientos como el Restaurante Dstage, con Diego Guerrero a la cabeza y sus dos Estrellas MICHELIN, o Pepa Muñoz, del restaurante El Qüenco de Pepa, ofrecieron también cientos de menús solidarios. El Grupo Larrumba, por su parte, preparó cenas para los sanitarios del hospital de IFEMA.

Nueve distritos (Chamberí, Puente de Vallecas, Tetuán, Chamartín, Hortaleza, Usera, Ciudad Lineal, San Blas y Vicálvaro) pudieron alimentarse con los platos de otro prestigioso chef, Dani García, quien diseñó los menús solidarios que el Hotel Four Seasons puso en marcha desde su inauguración: 1.000 comidas diarias, de lunes a domingo.

En Villaverde, por ejemplo, la chef Cristina Oria, junto a la ONG Cesal y alumnado del espacio de inserción La Quinta Cocina, trabajaron en la cocina industrial de GastroMad Villaverde hasta sobrepasar los 100.000 menús solidarios. Gracias a la colaboración de empresas, entidades y voluntarios, la iniciativa contó con transportistas, donaciones de alimentos y aportaciones económicas que hicieron posible desarrollar y ampliar el proyecto.

Cocinas solidarias en los mercados municipales

Pasta boloñesa, arroz con salsa de champiñones y bizcocho casero de plátano. Es solo un ejemplo de menú de los muchos que nos han dejado los comerciantes de algunos mercados municipales desde donde, gracias a la donación de productos de los propios puestos y en coordinación por los servicios sociales de los distritos, se canalizó la ayuda para las familias más necesitadas de cada barrio.

Fogones de colegio, enseñanza más allá de las aulas

No solo reconocidos chefs, también pequeñas cocinas de la ciudad han dado muestras inequívocas de compromiso en momentos de crisis. Es el caso de La Tienta, un castizo local madrileño que, coincidiendo con el día del patrón, San Isidro, preparó y repartió 1.500 menús entre familias del distrito de Centro.

En algunos fogones de colegios públicos, los cocineros aportaron mucho más que granitos de arena. Algunos centros (los colegios Costa Rica y Nuestra Señora del Lucero, en Latina) nos ‘enseñaron’ solidaridad más allá de las aulas preparando y repartiendo comida desde sus tres cocinas a todo gas. Y a esto se sumó, también en Latina, el esfuerzo de la Escuela de Hostelería de la Casa de Campo o la base montada en El Mirador de Cuatro Vientos.

Espíritu de tradición repostera

De postre, otras cocinas, en este caso centradas en repostería, contribuyeron durante la pandemia a reducir el amargor de la crisis. Más de 2.000 torrijas salieron desde los hornos de La Mallorquina y fueron distribuidas en Semana Santa entre el Comedor Social de las Hijas de la Caridad y el de la Fundación Luz Casanova, el Centro Deportivo Municipal Marqués de Samaranch; la ONG REMAR; las Misioneras de Jesús, María y José; el albergue de Santa María de la Paz; la Hermandad del Rocío y entre los 100 menús que se repartieron a diario en Fuencarral-El Pardo.

Iniciativas privadas a favor de la alimentación saludable

Desde el ámbito privado ajeno a la restauración, algunas empresas afincadas en Madrid también pusieron desde los comienzos de la pandemia sus cocinas a guisar menús solidarios. Es el caso de Porsche Ibérica, con sede en Las Tablas, desde donde ayudaron con cientos de menús diarios a decenas de familias de Fuencarral-El Pardo.

Y aunque no sea cocina propiamente dicha, ha habido muchas otras iniciativas volcadas en la alimentación saludable. Son las donaciones de alimentos, dinero o tarjetas para la compra de comida que empresas como Caixabank o El Corte Inglés, por ejemplo, repartieron entre familias vulnerables.

Solidaridad, seña de identidad de una ciudad, cuya tradición gastronómica es otro de los rasgos que la definen. La Gala Michelin será un buen momento para darlo a conocer. Seguiremos contándote más detalles de esta cita.

Imagen Gala Michelín
Imagen Gala Michelin