Una gran oportunidad la que tiene Madrid en sus manos y a la que estamos todos los madrileños convocados con un único objetivo: transformar y modernizar Madrid con acciones que luchen contra el cambio climático y mejoren su medio ambiente.  Esta es la clave de ‘Isla de color’. Una estrategia ambiciosa para que la naturaleza sea protagonista en el desarrollo urbano de la capital en los próximos años.

En estos últimos meses hemos echado de menos los paseos, los parques, las plazas. La pandemia que estamos viviendo nos ha hecho valorar mucho más nuestro entorno y ha resaltado el calado de actuaciones, anunciadas muchas de ellas antes de la emergencia sanitaria, como es el Bosque Metropolitano, que buscan mejorar el día a día a de los ciudadanos.

“Madrid, isla de color” es un compromiso claro para vincular ciudad y naturaleza. Se trata de una estrategia integral a escala ciudad y a escala local, un conjunto de proyectos que pretenden cambiar la tonalidad de nuestra capital: reverdecer edificios, espacios, barrios y calles con la responsabilidad de lograr que seamos líderes en materia de sostenibilidad y habitabilidad.

¿Pero cómo vamos a conseguir que esta paleta de color  se despliegue por toda la ciudad? Cumpliendo cuatro objetivos: diseñando, programando y ejecutando el Bosque Metropolitano; aumentando los espacios verdes en los barrios a través de Barrios Productores; revisando la normativa urbanística para fomentar fachadas, cubiertas verdes y superficies ajardinadas en altura, sin olvidarnos de innovar y potenciar nuevos materiales y mobiliario que hagan un Madrid más amable  para todos sus habitantes.

Isla de color es un cambio profundo en la concepción del espacio y la fisionomía de la ciudad. Ahora sumaremos a nuestras vidas más espacios naturales, más árboles, más seguridad, más zonas infantiles, más corredores ambientales, más parques y plazas para las familias… En definitiva, mayor calidad de vida.

 

Imagen del proyecto "Madrid, isla de color"

De Isla de calor a isla de color

El proyecto pretende dejar atrás la idea de Madrid como un espacio afectado por el cambio climático, contaminado y que agota sus suelos mediante usos no sostenibles. Abandonar la ‘isla de calor’ y transformarla en una ‘isla de color’ verde, que atienda múltiples necesidades de forma simultánea: funciones ecológicas, productivas, económicas y culturales.

La isla de color en la que viviremos tendrá mejor calidad de aire y se adaptará al cambio climático. Partimos de unos números bastante buenos en superficie verde por habitantes, pero ésta debe estar presente en todos los distritos por igual. Y ahí es donde pone el foco esta estrategia. Tras un año de trabajo hemos identificado los ámbitos prioritarios para intervenir, atendiendo al reequilibrio territorial y actuando primero en los barrios del sureste, para frenar el proceso de desertificación. Al estar incluida en los Acuerdos de la Villa y dado su calado, su ejecución trasciende al actual mandato, pero cuando éste finalice  ya podremos sentir los resultados de su efecto transformador.

 

Bosque Metropolitano

Este nuevo pulmón verde es sin duda uno de los más ambiciosos retos de esta estrategia y, por extensión, de esta legislatura. El kilómetro cero de esta gran infraestructura verde, que ya se ha puesto en marcha está en el cerro Almodóvar (Vallecas y Vicálvaro), donde se ubicará un centro de interpretación medioambiental, y marca el inicio de un inmenso anillo forestal de 75 kilómetros, que contará con 450.000 árboles de especies autóctonas. En este momento ya se han comenzado a valorar las propuestas del concurso internacional de ideas que se convocó para los cinco ámbitos integrados en el Bosque Metropolitano.

Barrios productores

El objetivo fundamental del proyecto “Barrios Productores”, incluido en la estrategia “Madrid, isla de color”, es dar vida a todos los espacios libres que durante años han estado poco conservados en los distritos y lograr al mismo tiempo generar oportunidades para los vecinos. Aquel jardín que nadie sabía a quien pertenecía por estar entre bloques de un barrio, solares desocupados, espacios subterráneos infrautilizados… Todos estos recursos serán susceptibles de una transformación verde.

Entre las actuaciones destacan las que se llevarán a cabo en los espacios interbloques para convertirlos en zonas acogedoras, saludables y prósperas para los vecinos. Para ello, se crearán células de producción urbana (CPU) que responderán a diferentes aspectos: investigación agrícola, actividades para mayores, lugares de formación para niños, floricultura etc.

Los madrileños, protagonistas del cambio

Aunque no seamos conscientes, todos nosotros somos protagonistas de esta isla de color. Y tanto es así, que la estrategia urbana que nos ocupa ha reservado un papel destacado en su desarrollo para los madrileños, invitados todos a participar en el diseño de lo que queremos para nuestros barrios. Aún estás a tiempo de decidir cómo quieres que sea el Madrid del futuro. Para ello, solo tienes que entrar en la web de Decide Madrid habilitada al efecto.

La isla de color de Madrid te espera.