Lo hemos visto en las noticias durante estos días de Semana Santa. La repostería casera se ha convertido en una actividad cotidiana en los hogares madrileños -prueba de ello es que es difícil encontrar levadura o harina en los supermercados- y en la mayoría de las casas no han faltado las tradicionales torrijas. Estos hábitos se suman al incremento que ha habido del consumo de snacks salados y alcohol. Las consecuencias son evidentes, una peor alimentación y el consiguiente aumento de peso.

“Ahora todos tenemos más tiempo y estamos en casa, así que nos dedicamos a cocinar cosas que nos gustan, que nos producen satisfacción. Pero si no queremos acabar el confinamiento con algunos kilos de más, tenemos que intentar seguir con nuestros hábitos alimentarios saludables”. Es la recomendación de Mercedes Ceínos, médica coordinadora del programa Alimentación, Actividad Física y Salud (ALAS) del organismo Madrid Salud, del Área de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid.

¿Cómo conseguirlo? “Tomar alimentos frescos es muy importante. Consumir cinco piezas de frutas y verduras es algo básico, aunque solo lo hace una pequeña parte de la población;  igual que tomar un desayuno equilibrado”,-explica Mercedes al tiempo que añade que “la repostería casera es más sana que los productos de la bollería procesada, eso es cierto, pero eso no significa que no engorde, porque tiene mucha azúcar. Siempre es mejor una tostada con aceite para desayunar e incluir una pieza de fruta sería lo ideal para empezar bien el día”.

“No hay que olvidar las legumbres -prosigue- que son unas estupendas aliadas en estos momentos. Son muy nutritivas, fáciles de cocinar y económicas, además de tener muchos usos porque nos sirven para elaborar guisos o ensaladas”.

Hambre emocional

No obstante, esta médica reconoce que estamos “ante una situación complicada, porque a lo largo del día nos encontramos con lo que llamamos hambre emocional, que no es un hambre real, sino que responde más a momentos de ocio o aburrimiento. Por eso picar constantemente es muy frecuente y solemos recurrir a patatas fritas, nachos, frutos secos, cosas así”.  De ahí las pautas que nos da Mercedes: “Podemos pelar zanahorias y tenerlas ya cortadas y preparadas en la nevera, igual que una pieza de fruta. Y sustituir los snacks salados por pepinillos en vinagre, un humus … Así, al ir a la nevera a picar, al menos comeremos cosas sanas y menos calóricas”.

“También es muy recurrente –añade- acompañarlos de bebidas gaseosas y azucaradas, o alcohólicas, sobre todo ahora que la gente hace tanto el aperitivo. Habría que evitarlo en la medida de lo posible y dejarlo para momentos ocasionales, como hacíamos en nuestra vida habitual. No olvidemos que el cuerpo se acostumbra rápidamente a los cambios y el azúcar, por ejemplo, crea mucha adicción. Si ahora la consumimos en exceso el cuerpo se habitúa y luego nos costará más volver más a nuestros hábitos”, señala esta experta.

Retos semanales de Madrid Salud

Para ayudarnos en estos objetivos, Madrid Salud ha lanzado la campaña ‘Retos semanales’ que consiste en promover los hábitos alimentarios saludables y el ejercicio físico durante estos días. La semana pasada fue ‘La semana de la fruta’ que tenía como objetivo aumentar el consumo diario en una pieza. Hoy empieza el reto de la legumbre, que consiste en conseguir cocinar dos platos de legumbres distintas en la semana.

Y como ayuda a todos estos consejos Mercedes Ceínos nos recuerda una cosa: “Lo que no entra en casa no entra en la boca, así que hagamos una lista de la compra adecuada, que combine muchos productos frescos con otros alimentos que nos produzcan más placer. Una despensa saludable nos ayudará a llegar al final del confinamiento en unas estupendas condiciones de salud alimentaria”.