“Explorar las posibilidades del arte en el ámbito de la salud comunitaria es apasionante. La relación entre Madrid Salud y la Facultad de Bellas Artes es un flechazo”, asegura Noemí Ávila, profesora de la Universidad Complutense, en referencia a una iniciativa del Ayuntamiento de Madrid que facilita espacios grupales de autocuidado y promueve la creación de redes de apoyo mutuo entre la ciudadanía a través, en este caso concreto, de procesos creadores.

En el mismo sentido se expresa Lola Claver, coordinadora de las becas Arte y Salud: “La herramienta artística”, explica, “utiliza lenguajes capaces de acercar a poblaciones muy diversas lo que significa la promoción de la salud”.

Y vaya si lo han entendido. Tres participantes –Alucena, Esther y Mari Ángeles–resumen su experiencia desde perfiles muy diferentes. “Participar en este programa ha sido un verdadero lujo”, afirma Esther, de 46 años. Empezó a asistir a los talleres porque se encontraba deprimida. “He mejorado muchísimo y he aprendido que colaborar con otras personas es muy enriquecedor y muy beneficioso para generar emociones positivas”.

Treinta años más veterana, Alucena, de 74 años, representa a una generación de mujeres que tuvo que hacer virguerías para sacar adelante a una familia numerosa, por supuesto sin espacio ni tiempo para sí misma. “Tuve una depresión y en el CMSC me aconsejaron que me apuntara a los talleres. Ahora soy otra persona”, relata mientras señala algunos de los dibujos y tapices de los que es autora y que se exponen en el auditorio de Medialab Prado.

Un espacio propio

La benjamina, Mari Ángeles, que acaba de despedirse de la década de los 30, ha recalado en el programa animada por una amiga: “Yo me considero fuerte pero tengo mucho estrés laboral y necesito salir de la rutina y encontrar un espacio propio donde relacionarme con otras personas. Y da igual la edad que tengas. Las mujeres, por unas cosas o por otras, nunca reservamos tiempo para cuidarnos”.

El programa Arte y Salud evalúa los estados de ánimo, la ansiedad, el estrés, la autoestima, el empoderamiento, la cohesión grupal, o el sentimiento de soledad, explorando diferentes técnicas y materiales artísticos como guía, apoyo y sostén. Y en este reto implica a instituciones públicas y a entidades cívicas, sociales y culturales del barrio. Estos talleres se realizan en los Centros Municipales de Salud Comunitaria (CMSC). Hasta el momento se han realizado 30, en los que han participado más de 250 personas.