Un alimento con mal aspecto, unos yogures que no están colocados en zona refrigerada, una cesta de barras de pan depositadas en la calle, junto a la puerta de un comercio cerrado, una tableta de chocolate con una etiqueta equívoca. Estas anomalías y todas las que se detecten en los establecimientos de venta o de consumo de productos alimenticios, pueden denunciarse en la Juntas de Distrito y en Madrid Salud, con la certeza de que los profesionales municipales responderán al requerimiento de la ciudadanía y analizarán la comida sospechosa de mala conservación, mal estado físico o engañoso etiquetado.
El Ayuntamiento de Madrid cuenta con 124 inspectores a los que corresponde la tarea de comprobar cada día que lo que los madrileños van a comprar y a ingerir se ajusta a las condiciones reglamentadas para su consumo. Que no les va a provocar daños en su salud. Una labor de prevención que se cumple en todas las fases del proceso de distribución.
A diario, los inspectores municipales acuden a Mercamadrid, el gran almacén por el que entran a Madrid cada mañana los productos frescos que se comercializarán a lo largo de la jornada en las tiendas de la ciudad, se cocinarán y se servirán en establecimientos de hostelería y en comedores públicos. En el año 2016 entraron en Mercamadrid un total de 2,5 millones de toneladas de carne, pescado, frutas y verduras, etc.
“De las más de 26.000 inspecciones realizadas el año pasado, 3200 se hicieron en Mercamadrid”, cuenta Ana Pérez, Jefe del Servicio de Coordinación de Madrid Salud, a la que corresponden las competencias en seguridad alimentaria.
Los supermercados y las tiendas de los barrios, los comedores de los colegios o de los centros de mayores, los de hoteles y pensiones, todos son ámbitos de actuación de los inspectores del Ayuntamiento. En algunas situaciones intervienen a raiz de la denuncia de una persona que ha detectado una situación anómala, pero en la mayoría de los casos actúan conforme a una programación que incluye visitas regulares a los centros de venta y consumo de alimentos.
“Hay tres tipos de riesgos: físicos, por ejemplo, que contenga un cuerpo extraño, químicos y microbiológicos”, explica Ana Pérez. “Tenemos especial cuidado con los comedores, sean de escolares, sean de mayores. Se ve cómo se reciben los alimentos, cómo se almacenan, cómo se elaboran, si los manipuladores lo hacen adecuadamente…”
Madrid Salud está conectado a otros organismos europeos que tienen competencias en materia de seguridad de los alimentos. En el caso de que se produzca en otro país de Europa una alerta respecto a un producto de determinada marca, sea por riesgo para la salud, sea por mal etiquetado, sea por infracción de una normativa, se recibe aviso en Madrid Salud y los inspectores municipales intervienen los productos de esa marca en las tiendas madrileñas.
En el caso de que se produjera una alarma sanitaria, por ejemplo, una intoxicación en una familia o en los invitados de una boda, Madrid Salud cuenta con un Servicio de Emergencias Alimentarias que opera 24 horas y que está coordinado con SAMUR para atender de forma inmediata a los afectados y detectar el origen del problema para evitar su propagación.
¿Cómo proceder en caso de intoxicación alimentaria? En la web de Madrid Salud se ofrecen consejos sobre cómo se ha de actuar y cómo se ha de denunciar el hecho. Los canales para notificar el problema son estos
- Teléfono del Servicio de Atención al Ciudadano 24 horas: 010
- Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC): c/ Príncipe de Vergara, 140.
- Departamentos de Servicios Sanitarios, Calidad y Consumo de las Juntas de Distrito