De media, las mujeres tienen que trabajar 54 días más que los hombres para ganar el mismo salario anual. Aun así la diferencia de ingresos alcanza el 23% entre los dos sexos. Datos como este son los que se han querido denunciar y poner en conocimiento de la ciudadanía mediante el acto celebrado en el Palacio de Cibeles, el despliegue de una bandera que represente a todas las mujeres que por el hecho de serlo deben trabajar gratis alrededor de 2 meses al año.

La portavoz de la Federación de Empresarias y Profesionales (BPW Madrid), Paz Martín, junto con Marta Higueras, primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, han desplegado la bandera Equal Pay Day, emblema a nivel mundial de la lucha contra la desigualdad salarial.

¿Por qué el 22 de febrero?

El Día Europeo de la Igualdad Salarial se celebra en distinta fecha cada año, según los últimos datos disponibles de Eurostat (Oficina Europea de Estadística) sobre el promedio de la brecha salarial de género en la UE. Para fijarlo se hace una estimación del número de días de más que las mujeres tienen que trabajar para recibir un salario igual al que un hombre percibe en un año natural. El año pasado en Europa se celebró el 3 de noviembre, fecha en la que, comparativamente, las mujeres dejaban de recibir la retribución por los trabajos realizados hasta el 31 de diciembre.

En España se estableció como fecha simbólica el 22 de febrero, ya que es este día cuando las mujeres consiguen cobrar el mismo salario que sus compañeros percibieron en 2016. Esa diferencia de días de más trabajados pone en evidencia la brecha salarial existente en el país.

Discriminación retributiva

¿Qué es la discriminación retributiva entre hombres y mujeres? Se produce cuando una mujer y un hombre realizan el mismo trabajo y ella cobra menos por el hecho de ser mujer, hecho que implica una infravaloración del de las capacidades de la mujer en el trabajo. Esta situación es más frecuente de lo que se piensa y por suerte existen herramientas jurídicas para denunciarla.

Algunos de los pretextos más utilizados para que esta desigualdad siga existiendo son simples mitos:

  • Los hombres tienen más estudios que las mujeres: a nivel europeo, las mujeres suponen el 60% de las personas graduadas en la universidad.
  • Muchas mujeres trabajan a tiempo parcial, por ello deben ganar menos: trabajar menos horas a la semana implica menos paga por mes, no por hora.
  • Las mujeres ganan menos porque eligen empleos con ingresos más bajos: las mujeres tienden a ganar menos por hora que los hombres en un mismo trabajo, sea una profesión altamente cualificada o de menor cualificación.

¿Qué es la brecha salarial?

La brecha salarial de género calcula el promedio de las ganancias brutas por hora de las mujeres como porcentaje del promedio de las ganancias brutas por hora para los hombres.

Según datos de Eurostat para el año 2014, en España la brecha salarial alcanzaba el 14,9% en detrimento de las mujeres. En la ciudad de Madrid la diferencia salarial bruta es de tres euros de diferencia por hora, ganando los hombres casi 18 euros a la hora mientras que las mujeres no alcanzan los 15 euros. Estos datos no han mejorado con el paso de los años, estimándose que serán necesarios 70 años más para la igualdad salarial efectiva.

Esta diferencia salarial no solo es efectiva a corto plazo, sino que las consecuencias a largo plazo suponen un nivel menor de ingresos, lo que conlleva pensiones más bajas y un empobrecimiento activo en las mujeres de la tercera edad. Los datos arrojados por la Unión Europea en el año 2012 confirman que un 21,7% de mujeres mayores de 65 años viven en riesgo de pobreza, frente al 16,3% de hombres en la misma situación.

Principales motivos

Las principales variables que determinan esta brecha salarial son numerosas y complejas, pero se pueden resumir en seis grandes aspectos presentes en casi todos los casos de discriminación:

  1. Segregación horizontal del mercado de trabajo.
  2. Segregación vertical del mercado de trabajo.
  3. Impacto de los estereotipos de género.
  4. Dificultad para conciliar vida personal, familiar y laboral.
  5. Circunstancias individuales de las personas trabajadoras (edad, discapacidad, enfermedad, orientación e identidad sexual, etc.)
  6. Falta de transparencia de las retribuciones.

La igualdad entre mujeres y hombres sigue siendo una asignatura pendiente en Europa y, aunque se ha realizado una intensa labor  a escala local, estatal y europea, sigue sin ser suficiente para concienciar a la sociedad y a las empresas de que el trabajo realizado por una mujer es tan válido como el realizado por un compañero del sexo opuesto.