El Centro Cultural Emilia Pardo Bazán acoge, desde hoy y hasta el viernes 28 de abril, la exposición ‘Blas de Lezo y la Guerra del Asiento’. La muestra, gratuita y de carácter divulgativo, tiene como fin dar a conocer la vida del almirante español, así como sus mejores momentos en la Armada española. Durante la inauguración de la muestra, el concejal del distrito de Salamanca, José Fernández, ha estado acompañado por el presidente de la Fundación Blas de Lezo, Miguel Ángel Gimeno.

Fernández ha destacado que “con esta muestra dedicada a una de las figuras más importantes del mundo naval, pero a la vez gran desconocida, tenemos la oportunidad de acercarnos a una época en la que las tecnologías no existían y donde la guerra cuerpo a cuerpo dejaba no sólo fallecidos, sino consecuencias físicas de por vida”.

Gracias a la colaboración público-privada entre la Junta Municipal de Salamanca, la Fundación Blas de Lezo y el Museo Naval de Madrid, se pueden contemplar piezas que solo ocasionalmente han salido de sus respectivas instalaciones. La exposición ‘Blas de Lezo y la Guerra del Asiento’ está dividida en tres zonas temáticas: la Guerra de Asiento y la batalla de Vélez-Málaga, la zona biográfica y el asedio a Cartagena de Indias en 1741. A lo largo del recorrido se encuentran retratos, esculturas, ilustraciones, paneles divulgativos, maquetas, uniformes y otras piezas pertenecientes a los fondos de la fundación.

‘Blas de Lezo y la Guerra del Asiento’ se podrá visitar de lunes a viernes, entre las 9:00 y las 21:00 h. Según ha señalado José Fernández, “el nuevo Centro Cultural Emilia Pardo Bazán se configura como un lugar de grandes exposiciones monográficas para conocer a figuras representativas de la historia de nuestro país”.

Blas de Lezo nació en 1689 en el País Vasco. A los 13 años ingresó en la Armada, participando en numerosas batallas y ascendiendo a diferentes cargos, siendo uno de los personajes más emblemáticos de la época, que sirvió a diferentes monarcas de la España de los siglos XVII y XVIII. Su intervención en diferentes contiendas hizo que a lo largo de su vida fuera sufriendo mutilaciones en sus órganos, lo que provocó que a los 25 años sus paisanos guipuzcoanos le apodaran el medio-hombre. Así, incrementó su leyenda más allá de nuestras fronteras hasta su fallecimiento el 7 de septiembre de 1741.

Dos años más tarde fue reconocido por la Corona y, en 1762, a título póstumo, recibió el marquesado de Oviedo. En 1955, Cartagena de Indias reconoció su inmensa labor con una estatua donada por el Gobierno español, que simbolizaba el nexo de unión entre el marino español y los países americanos. /