Bajo el título ‘Rita Levi Montalcini: de su mundo al mundo’, Piera Levi-Montalcini ha impartido una conferencia en el Salón de Actos del Ayuntamiento de Madrid sobre la figura de su tía-abuela, un retrato más íntimo y humano de la que consiguiera el Nobel de Medicina en 1986 por su descubrimiento del ‘Factor del Crecimiento Nervioso’. La conferencia, organizada por Rocaviva Eventos con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, la Embajada de Italia y la Fundación Areces, se enmarca dentro de la exposición Mujeres Nobel, un homenaje a trece de las mujeres que ostentan este galardón y que puede visitarse hasta el próximo 20 de marzo en el Museo de Ciencias Naturales.

Manuela Carmena y Piera Levi-Montalcini,  conversando minutos antes de la conferencia

La alcaldesa ha confesado su emoción por poder presentar en Madrid el retrato de esta mujer, nacida en Turín en 1909, en el seno de una familia judía de origen sefardí que, además de sus logros como investigadora, siempre mostró un gran compromiso social.

La conferencia de Piera Levi-Montalcini muestra el perfil más cercano y familiar con el apoyo de fotografías antiguas que arrancan con las de los padres de la científica y van recorriendo distintos momentos de su vida,  incluyendo cartas, dibujos y el certificado de graduación con nota máxima de la Universidad de Turín.

Rita Levi, que unió a su apellido Montalcini cuando llegó a EE.UU después de la Segunda Guerra Mundial con una beca de dos años, que se convertirían en 30, siempre mostró una gran admiración por el Nobel español Santiago Ramón y Cajal. Esa es una de las causas de su interés por continuar sus investigaciones sobre neuroembriología en las precarias condiciones en las que vivía con su familia huyendo de la persecución nazi, bajo apellidos falsos, gracias a la nueva documentación que le proporcionó la familia Olivetti.

Mujer delicada con voluntad de hierro

Esa faceta de investigadora laureada ha sido solo una parte de la intervención de Piera, que ha querido transmitir desde la cercanía familiar, el entorno de una mujer a la que ha descrito como “muy delicada pero con una voluntad de hierro que le permitió no solo ganar el Nobel sino enfrentarse a un mundo especialmente hostil con las mujeres”.

Rita Levi gustaba de mirar siempre al futuro porque mirar al pasado le quitaba tiempo. Embajadora de Buena Voluntad de la ONU, senadora vitalicia de Italia y prolífica escritora, siempre estuvo comprometida con su género. Por eso creó la Fundación Levi-Motalcini para apoyar a las mujeres africanas, desde el convencimiento, como resaltó su sobrina nieta, de que “quien instruye a una mujer, instruye a todo un pueblo. Quien instruye a un hombre, instruye a una persona”./