Con más de 470 hectáreas de biodiversidad y zonas verdes, que incluyen 32.000 árboles y más de 250.000 arbustos, el parque forestal de Valdebebas-Felipe VI se ha convertido, por méritos propios, en el pulmón verde del noroeste de la capital. Tiene una superficie que sólo supera la Casa de Campo, y para hacernos una idea de sus vastas dimensiones, este espacio es cuatro veces superior al parque de El Retiro, triplica al vecino Juan Carlos I de Barajas o supera en 100 hectáreas al Central Park de Nueva York.
En 2025 celebramos su décimo aniversario consolidado como uno de los enclaves naturales más importantes de la ciudad, refugio para la biodiversidad y lugar de encuentro para miles de ciudadanos gracias a sus carriles bici, senderos peatonales y zonas estanciales.
Ejemplo de sostenibilidad
El origen de este parque forestal se remonta a principios del siglo XXI, cuando en 2002 se planteó el desarrollo urbanístico de Valdebebas, nuevo barrio proyectado para descongestionar la capital. Asentado sobre terrenos que estuvieron ocupados por eriales, antiguas áreas de cultivo y grandes vertederos y escombreras, la idea era crear un extenso espacio natural que se integrara en esta construcción, ofreciendo a los residentes un ecosistema que reflejara la biodiversidad del centro de la Península Ibérica.

Sus puertas abrieron el 15 de marzo de 2015, en paralelo a la llegada de los primeros habitantes al barrio, y desde sus inicios, el parque forestal de Valdebebas-Felipe VI ha sido todo un ejemplo de regeneración ecológica, sostenibilidad y gestión ambiental, además de contribuir a la mejora de la calidad del aire en la ciudad.
El parque está organizado en diferentes zonas paisajísticas de carácter forestal y recoge en su interior los cinco tipos de ecosistemas más representativos del centro de España: Sistema Ibérico, Montes de Toledo, Sistema Central, La Alcarria y La Mancha. Además, el espacio incluye senderos, áreas recreativas que ofrecen a los más pequeños divertidas propuestas de ocio, miradores con bellas panorámicas del parque y del skyline madrileño, y seis kilómetros de carriles bici que convierte a este parque forestal en un destino ideal para el deporte al aire libre.
Además, este enclave paisajístico se ha diseñado para fomentar la biodiversidad y la recuperación de especies autóctonas, y cuenta con lagunas y humedales que han favorecido la presencia de aves acuáticas y la creación de un entorno propicio para diversas especies de anfibios, reptiles y mamíferos.
A lo largo de estos diez años, el parque también ha tenido un papel importante en el ámbito de la educación ambiental. Públicos de todas las edades tienen a su disposición un amplio catálogo de propuestas para explorar su belleza natural y aprender sobre la importancia de los sistemas forestales: itinerarios ornitológicos que permiten observar aves como el milano negro, el cernícalo vulgar o el ruiseñor que han hecho del parque su hábitat habitual; sendas guiadas para descubrir su flora y su fauna, o rutas en bici que promueven los hábitos de vida saludable.
Su lado más desconocido
Este parque también atesora curiosidades, como la presencia de la Virgen del Abrazo sobre el yacimiento de Los Cenagales, una talla en madera procedente del tocón de un pino de 140 años, obra del escultor Raúl Arévalo. La escultura esconde varias balas incrustadas procedentes de ambos bandos de la Guerra Civil, simbolizando así el perdón y la reconciliación del pueblo español.
El parque tiene una zona conocida como ‘Bosque de los Ciudadanos’, donde los madrileños pueden plantar árboles en memoria de sus seres queridos o como gesto de compromiso con el medio ambiente. Otra curiosidad es la creación de un sistema de ríos y arroyos artificiales que desembocan en un lago habitado por patos y otras especies, y, por último, pocos madrileños conocen que la imagen aérea de este parque representa un árbol integrado en el entramado urbano de Madrid: su copa se despliega hacia poniente, en dirección al centro de la ciudad, y el tronco central está compuesto de jardinería urbana donde admirar el laberinto con el imponente mirador, el arboreto, los patios y las terrazas.
Hoy, al cumplirse una década desde su apertura, el parque forestal de Valdebebas-Felipe VI mira al futuro junto al bisoño parque Princesa Leonor, inaugurado en 2023, para seguir recibiendo a miles de madrileños y visitantes que buscan un oasis en medio del ajetreo de la capital. No pierdas la oportunidad de redescubrir este enclave natural para practicar deporte, disfrutar en las zonas infantiles o simplemente perderte por sus senderos. ‘Desconectar para reconectar’ en la naturaleza, a un paso de la ciudad.