Si eres responsable de un perro o un gato, quizá hayas pasado un mal trago si este se ha extraviado alguna vez en una gran ciudad como Madrid ¿Dónde aparecerá? ¿me llamarán si le encuentran? ¿Y si le ha atropellado un coche? Si estas han sido alguna vez tus preocupaciones, has de saber que el Ayuntamiento ha firmado un contrato, a través del organismo autónomo Madrid Salud, para la recogida y auxilio de animales en espacios públicos de la ciudad. No es que sea algo nuevo, pero el nuevo contrato garantiza las prestaciones que ya se venían realizando y se ha ampliado a otras nuevas, como la vigilancia epidemiológica y forense de los animales.
La subdirectora general de Salud Pública de este organismo autónomo, Ana Pérez, señala que con este contrato “podemos decir que los animales que se encuentren en la vía pública van a tener una asistencia especializada los 365 días del año”, porque, tal como explica “también se contempla la atención clínica a los animales albergados en el Centro de Protección Animal (CPA) municipal en caso de necesidad o incidencias en fines de semana y festivos».
El contrato, con un gasto 1,1 millones de euros y una duración de dos años, también permite disponer de un servicio veterinario que posibilite detectar y diagnosticar las situaciones de maltrato animal que sean comunicadas a Madrid Salud y, además, promover y garantizar una adecuada vigilancia sanitaria de los animales de compañía en materia de enfermedades transmisibles de interés en salud pública y sanidad animal.
En este sentido, Ana Pérez señala que la sensibilidad hacia el maltrato animal ha aumentado considerablemente por parte de la ciudadanía en los últimos años y eso se nota. “Recibimos a diario llamadas de personas que observan situaciones que podrían ser un maltrato”, explica, pero es un tema delicado porque “hay situaciones de descuido o de no prestar una adecuada atención al animal que podrían ser tipificadas como faltas pero, por ejemplo, tener a un animal atado o en situaciones de frío o calor extremas, o con desnutrición, esto entra dentro del maltrato animal y es un delito”.
Por otro lado, Madrid Salud también tiene también la competencia de evaluar la situación de los animales incontrolados, extraviados o desamparados con el objetivo de prevenir situaciones de riesgo en el ámbito de la salud pública, vigilando la posible presencia de enfermedades infectocontagiosas en las poblaciones de animales de la ciudad y zoonosis (enfermedades que se transmiten entre los animales vertebrados y el hombre, bien directamente a través de alimentos o de vectores como mosquitos o garrapatas) para prevenir y minimizar su difusión. En el momento en que los animales ingresan en el Centro de Protección Animal (CPA), además, se evalúan sus condiciones higiénico-sanitarias para garantizar su bienestar y que el resto de los animales se mantenga libre de enfermedades.
Unos 4.000 avisos anuales
Entre 2018 y 2020, el Servicio Veterinario Municipal de Urgencias (SEVEMUR) recibió una media anual de unos 4.000 avisos, 900 de ellos correspondientes a animales enfermos, heridos, en situación de desamparo o por otros motivos urgentes. Una media de 1.800 de los avisos se correspondió al horario nocturno.
Ana Pérez señala que “lo primero que se hace es ver si el animal lleva chip, y en caso afirmativo eso facilita lógicamente mucho las cosas porque se llama de forma inmediata a su responsable”. El problema viene, precisamente, cuando no lo llevan, y el animal tiene que ser trasladado al CPA y esperar o bien a que aparezca la persona responsable o, quizá, pasar a la lista de adopción.
Pérez señala que, “afortunadamente ahora el CPA no está tan saturado como en otros momentos y puede albergar a estos animales mientras se les busca una solución definitiva” e insiste en que “si alguien quiere tener un perro siempre la mejor opción es intentar primero la adopción”. Y aprovecha para recordar que el CPA tiene adiestradores caninos “que trabajan para que estos animales adquieran unas pautas de comportamiento y puedan adaptarse perfectamente a una casa”. Una oportunidad para hacer que un perro deje la calle y tenga un hogar.