El tercer martes de marzo se celebra el Día Internacional del Trabajo Social, instaurado por la Federación Internacional de Trabajadores/as Sociales en 2009 para visibilizar la labor que, día a día, realizan estos trabajadores tan pegados a la realidad de su entorno, detectando sus problemas, buscando soluciones y contribuyendo a la convivencia más armónica en sus respectivas sociedades.
Este año, y ya van cinco, el Colegio de Trabajo Social de Madrid ha convocado sus premios para reconocer la mejor praxis, la mejor actividad formativa y la acción más innovadora. Y el Ayuntamiento de Madrid se ha alzado con dos de estos galardones: la nueva unidad móvil del Servicio de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género 24 horas (SAVG 24h), un proyecto pionero implantado en 2021 para atender in situ a las víctimas tras una agresión, ha recibido el premio a la acción más innovadora, mientras que la mejor experiencia formativa ha recaído en Pilar Benito, jefa del Departamento de Coordinación y Programación Social del Ayuntamiento, por ‘El poder de la supervisión’, una estrategia implantada en 2016 para la formación, reciclaje y motivación permanente de los trabajadores municipales.
Aunque sin galardón, pero con el reconocimiento de los profesionales de este gremio, se ha quedado el Servicio de Asesoramiento a la Emergencia Residencial (SAER), un servicio público y gratuito municipal, prestado por expertos en intermediación con entidades financieras y dirigido a personas que puedan estar en riesgo residencial que puedan derivar en ejecuciones hipotecarias.
Ayuda directa a las víctimas de violencia machista
Hace casi 20 años, en 2003, el Ayuntamiento se adelantó encarando uno de los temas que hoy ocupa un lugar indiscutible en la agenda de las instituciones: la violencia machista. En aquel año nació el Servicio de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género 24 horas (SAVG 24h) y, año tras año, ha visto incrementadas sus prestaciones para ajustarse a demandas cada vez mayores y a situaciones imprevistas como fue la pandemia.
El pasado año el SAVG se ‘enriqueció’ con una iniciativa que le ha valido el premio del colegio profesional: la Unidad Móvil para atender in situ a las víctimas. Su puesta en marcha refleja esa apuesta por la continua renovación de la atención con medidas y herramientas nuevas, aprovechando los beneficios de las nuevas tecnologías y llegando cada vez a más personas. En ese camino se enmarca también la línea de Whatsapp para atender a mujeres que se veían obligadas a la forzosa y prolongada convivencia con sus agresores, provocada por el confinamiento. Esos nuevos medios telemáticos -correo electrónico, Whatsapp…-, sumados a la atención presencial, hicieron que en 2020 el número de mujeres atendidas creciera un 4,34 % con respecto a 2019, en total 1.778.
La nueva unidad móvil, con capacidad para nueve personas incluidos dos profesionales, nació gracias al nuevo contrato del SAVG que incrementaba en más de un 28 % los fondos destinados a este capítulo y que ha permitido además incorporar a dos trabajadoras sociales y dos psicólogas para reforzar la atención psicológica, mejorar la detección y aumentar la capacidad de acogida. La unidad permite la atención directa in situ a las víctimas de una agresión y su posterior traslado con acompañamiento profesional a lugares seguros, desde pisos protegidos hasta juzgados.
Además, es totalmente accesible, una cualidad determinante a la hora de abordar la violencia ejercida sobre mujeres mayores de 65 años, uno de los colectivos más afectados y silenciosos.
El SAVG 24h atiende, en horario ininterrumpido todos los días del año, a cualquier mujer residente en la capital que sufre o ha sufrido violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja, independientemente del mantenimiento de la relación y de si quiere o no denunciar a su agresor.
Allí encuentran, además de atención, apoyo social, psicológico, educativo y jurídico especializado. Es la puerta para coordinar el acceso al alojamiento protegido tanto para ella como para sus hijos y para acceder a otros centros y servicios de la red especializada.
Motivación constante
Servicios de calidad, que lleguen al mayor número de personas con iniciativas punteras, eso requiere fundamentalmente de la implicación y experiencia de los trabajadores municipales, que son el músculo de la atención social municipal.
Pilar Benito, al frente del Departamento de Coordinación y Programación Social del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, resume el proyecto que desarrolla el Ayuntamiento bajo el título ‘El poder de la supervisión’ y que ha ganado el premio a la mejor experiencia formativa. “Ofrece a profesionales, técnicos y directivos de los centros de servicios sociales municipales una oportunidad de promover el desarrollo de habilidades y competencias para logar una mayor eficiencia profesional”, explica.
La pandemia hizo aún más clara la necesidad de abordar este tipo de proyectos porque, por muy buena que sea la planificación, la realidad tiene la capacidad de sorprendernos siempre. “El proyecto -continúa Benito- ofrece espacio de abordaje de dificultades, autocuidado, reflexión, garantizando una supervisión externa a través de sesiones presenciales y online, lideradas por un trabajador social y un psicólogo”. Y es que, como dice Pilar, los trabajadores sociales necesitan supervisión no tanto entendida como una medida de mero control, sino como “vacuna en tiempos de COVID y como un ‘superpoder’ para buscar formas de intervención más innovadoras”.
Para no quedarse sin techo
Y aunque no estuvo entre los premiados, el Servicio de Asesoramiento a la Emergencia Residencial (SAER) fue el otro proyecto presentado por el Ayuntamiento. De carácter público y gratuito, este servicio ofrece atención especializada a los residentes en la ciudad que se encuentran en situación o en riesgo de pérdida de vivienda habitual con la consiguiente desprotección social.
Trabaja en cinco líneas principales: intermediación socio-jurídica, gestión de la Prestación de Alojamiento Alternativo (PAA), atención a requerimientos de juzgados y otras instituciones, apoyo técnico a los servicios sociales de los 21 distritos y una línea destinada específicamente al seguimiento de los realojos del poblado chabolista El Gallinero. En 2021 más de 7.700 personas se beneficiaron de alguna de estos servicios del SAER y se lograron más de 900 acuerdos para evitar la pérdida de vivienda o para encontrar soluciones habitacionales alternativas.Ç
La primera línea, intermediación socio-jurídica, tiene un carácter claramente preventivo y se lleva a cabo cuando puede producirse una pérdida de vivienda, ya sea por endeudamiento hipotecario, impago de arrendamiento u ocupación, y existe, además, riesgo de desprotección social de personas vulnerables.
La segunda ‘pata’ del proyecto es la gestión de la Prestación de Alojamiento Alternativo (PAA) para la población en situación de exclusión socio-residencial por pérdida de vivienda. Gracias a este proceso, se hace una evaluación individualizada y, si finalmente existe un diagnóstico profesional de vulnerabilidad, se les deriva al recurso más adecuado de la Red Municipal de PAA.
Desde el SEAR se atienden además los requerimientos de juzgados e instituciones como el Defensor del Pueblo y el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas (CDESC), al tiempo que se da apoyo técnico a los servicios sociales de los 21 distritos, para coordinar la atención diaria de personas o familias que requieran de alguno de los servicios anteriores.