La puerta del Sol debe su nombre a un postigo de la muralla medieval, derribada en el siglo XVII y que estaba decorado con un sol. Durante dos siglos fue un lugar de tránsito, alargado y angosto. A mediados del siglo XIX, con la reforma llevada a cabo en 1857 por los arquitectos Lucio del Valle, Juan Rivera y José Morer, adopta su actual forma semicircular, conservando la alineación de la antigua Casa de Correos.

Desde su origen como lugar de extramuros, ha ido transformándose a lo largo de los siglos hasta convertirse en el corazón de la capital que es hoy día, kilómetro cero de las carreteras nacionales, sitio de referencia desde el que cada 31 de diciembre despedimos el año o punto de encuentro habitual para iniciar la ruta por el ocio, las compras y el turismo madrileño.

Plano de la Puerta del Sol 1854
Plano de la Puerta del Sol 1854

Ahora, este centro neurálgico de la geografía y la vida madrileña inicia un proceso de transformación que permita hablar de la Puerta del Sol como una plaza, un amplio foro urbano donde destaque la claridad y en el que se puedan desarrollar actividades de todo tipo compatibles con la función comercial, estancial y de encuentro que debe marcar su día a día.

Un espacio central diáfano, más ordenado y totalmente peatonal

Un espacio más ordenado, equilibrado y totalmente peatonal son las premisas fundamentales sobre las que se sustenta el proyecto de remodelación de la Puerta del Sol. El resultado será un espacio central diáfano, claro y unitario, sin elementos que dificulten la fluidez peatonal y contribuyan a su degradación. Además, contará con el equilibrio que requiere un punto neurálgico como éste, esencial en la geografía urbana madrileña y en el que cada día se desarrollan actividades de todo tipo, comercial, ocio, turismo, estancial o de encuentro.

Para introducir el criterio de orden en los elementos que forman parte de la Puerta del Sol y adaptarlos al concepto de plaza que se persigue, el diseño planteado presenta un espacio central despejado que, en su lado norte, estará bordeado por una línea de bancos dividida en ocho partes para permitir el tránsito, especialmente el que coincide con el devenir de las calles de Preciados, Carmen y Montera. Hasta ahora, la Puerta del Sol se había configurado principalmente como un cruce de caminos en el que la estancia se improvisaba en elementos no concebidos para tal fin. Con la remodelación, los nuevos elementos estanciales nos permitirán hacer una parada mientras disfrutamos de una panorámica de la plaza en su plenitud.

Cuando hablamos de la Puerta del Sol hay tres elementos escultóricos sin los que sería difícil imaginarla, la estatua ecuestre de Carlos III, la de la Mariblanca y el Oso y el Madroño, icono de la capital. El nuevo entorno seguirá acogiéndolas y las dotará de la relevancia que merecen. Así, las estatuas del Oso y el Madroño y la de la Mariblanca se instalarán en los extremos de la alineación de bancos y ambas flanquearán la plaza para recibir a los transeúntes desde los extremos este y oeste. La estatua del que fuera alcalde de Madrid, Carlos III, estará situada en el interior de la fuente oval que sustituirá a las dos fuentes actuales.

Los quioscos, el pabellón de cercanías y los ascensores tendrán un denominador común que es el empleo del vidrio como material para sus infraestructuras, lo que permitirá aligerar su estructura y eliminar, en la medida de lo posible, obstáculos visuales. En el caso de los quioscos, estarán agrupados en nuevos pabellones de este material y tendrán forma de racimo de unidades circulares pegadas unas a otras. Además, cambiarán de ubicación y los encontraremos agrupados en los extremos, en el eje que va de oeste a este, desde las calles Mayor y Arenal a Alcalá y Carrera de San Jerónimo.

El acceso a la estación de cercanías se mantendrá en su ubicación actual, al igual que los ascensores, pero la estructura conocida como ‘ballena’, con forma de caparazón, desaparecerá y dará paso a un pabellón de vidrio con forma oval que contribuirá a facilitar una visión total de la plaza. Las salidas del metro estarán situadas en el extremo de la calle Montera, integradas entre los bancos.

La eliminación progresiva del tráfico rodado llevada a cabo en anteriores proyectos ahora culminará con la total peatonalización tanto en la plaza como en las calles que convergen en ella. Además del tránsito peatonal, una parte del espacio estará ocupado por un carril bici que hará posible la conexión en este medio de transporte entre la calle Mayor con la Carrera de San Jerónimo.

El cielo de Madrid en la puerta del Sol

En Madrid estamos orgullosos de muchas cosas, entre ellas, de nuestro cielo, tema de canciones, presente en la literatura, en la pintura, en el cine y también origen de tópicos que ya son iconos, ‘De Madrid al cielo’. El proyecto de reforma también ha incluido un guiño a ese cielo que se materializará en el interior de la fuente, donde se colocarán una serie de puntos de luz irregulares que simularán las estrellas del cielo madrileño y también en el centro de la plaza donde estará representado en el pavimento en forma de rayos de sol.

En la Puerta del Sol seguirá estando representado otro de sus puntos emblemáticos, la placa que marca el kilómetro 0 de las carreteras nacionales y centro simbólico de la ciudad. Para dar más relevancia a este icónico lugar, está previsto rodear la placa con una serie de losas que formarán una gran rosa de los vientos.

Puerta del Sol. De noche
Puerta del Sol. De noche

Bien de Interés Cultural

Debido a su relevancia social e histórica y a su singularidad, la Puerta del Sol cuenta con la máxima distinción que se le otorga a un bien a nivel nacional, la declaración de Bien de Interés Cultural. Esta distinción supone el máximo nivel de protección y que cualquier actuación en ella requiere de los permisos correspondientes de la comisión local de patrimonio. Entre otros permisos, el Ayuntamiento, en el marco del actual proyecto de reforma, consultó la posibilidad de introducir arbolado en la plaza. Sin embargo, tanto sus características como las condiciones del subsuelo hacen inviable esta posibilidad.

Según los arquitectos artífices de la reforma, Ignacio Linazosoro y Ricardo Sánchez, el hecho de que no haya árboles en la Puerta del Sol se debe a cuestiones tanto técnicas como estéticas. Por un lado, por las condiciones de debajo de la superficie, ya que la plaza está horadada por las líneas de metro y la estación de Cercanías, lo que hace imposible plantar arbolado en un 90 % de su extensión. Por otro, por el carácter monumental de sus fachadas, que no pueden taparse con árboles.

En su lugar, habrá árboles en las calles aledañas que rodean la Puerta del Sol y podremos disfrutar de la arquitectura de plaza en un espacio más claro, unitario y flexible para todo tipo de funciones.