A comienzos de julio de 2020, el Ayuntamiento determinó que, debido a los daños estructurales detectados en el viaducto de Francisco Silvela-Joaquín Costa, la demolición era el único escenario posible compatible con la seguridad del puente y de los usuarios. A partir de ese momento, el Consistorio puso en marcha la operación para desmantelar el que durante 51 años había sido uno de los llamados scalextric madrileños, elementos del paisaje urbano de la ciudad desde finales de los años 60 en los que Madrid acogió este tipo de estructuras como solución al imparable auge del automóvil y por tanto de la intensidad circulatoria del tráfico rodado.
De esa situación imprevista, que obligaba a desmantelar la estructura en su totalidad, surgió una oportunidad, la de replantear el entorno urbano de la zona con un proyecto que devolviese a Francisco Silvela-Joaquín Costa el concepto de bulevar de finales del siglo XIX, un espacio más orientado al peatón, con más zonas verdes y en el que, además, tuvieran su sitio otros modos de transporte, además del automóvil.
Los scalextric madrileños, una solución urbanística que surgió para organizar el tráfico
Para entender el origen del puente de Francisco Silvela-Joaquín Costa, inaugurado en mayo de 1970, tenemos que retrotraernos al Madrid de finales de los 60 y principios de los 70. Durante esos años, con el fin de regular el tráfico de la ciudad, cada vez más intenso, surgen seis grandes estructuras de hormigón que formaban parte de un urbanismo planificado para dar cabida al aumento del parque automovilístico y que, por su diseño fueron, conocidos como scalextric.
Los seis viaductos estaban ubicados en Atocha, Santa María de la Cabeza, Cuatro Caminos, Raimundo Fernández-Villaverde, Doctor Esquerdo y Joaquín Costa. De estos seis, actualmente solo quedan dos, el de Doctor Esquerdo, cuyo desmantelamiento está en fase de estudio, y el de Raimundo Fernández-Villaverde.
Además, por su ubicación en la zona noroeste, el de Francisco Silvela-Joaquín Costa, formaba parte de un eje más extenso de pasos superiores e inferiores para el tráfico, ubicados en las calles de Reina Victoria, Raimundo Fernández Villaverde, Joaquín Costa, Francisco Silvela y Doctor Esquerdo. Originalmente, este eje formaba parte del conocido como paseo de Ronda, un anillo que discurría alrededor del Ensanche de la ciudad, desarrollado entre finales del siglo XIX y principios del XX.
Un bulevar con más espacio para el peatón, arbolado y zonas verdes
Con la desaparición del viaducto de Francisco Silvela-Joaquín Costa, se abre una nueva perspectiva para la zona, permitiendo nuevas vistas de estas calles y generando un nuevo paisaje urbano. Además, el nuevo proyecto planificado para la zona pone el foco en recuperar el concepto de bulevar de finales del siglo XIX.
Recreación del proyecto del Eje Francisco Silvela-Joaquín Costa
Bajo esta premisa, la remodelación transformará el ámbito en un espacio con más superficie para el peatón, concretamente un 20% más de área peatonal; más zonas verdes, que incluirán 330 nuevos árboles, y una adecuada y más sostenible iluminación, incorporando sistemas led más eficientes energéticamente.
En lo que respecta al espacio peatonal, las aceras contarán con dos zonas diferenciadas mediante el tipo de pavimento, la de tránsito peatonal y la destinada a albergar árboles y mobiliario urbano.
Remodelación de calzadas e integración de otros modos de transporte
Dado el papel fundamental que esta zona juega en la movilidad de nuestra ciudad, el proyecto asegura la funcionalidad y fluidez en la distribución del tráfico de vehículos. Tanto el eje Francisco Silvela-Joaquín Costa, como el tramo correspondiente de la calle del Príncipe de Vergara, renovarán su fisonomía con una mediana ajardinada que separará las dos calzadas de tres carriles por sentido para tráfico rodado, más dos adicionales para autobuses y taxis.
En la glorieta de López de Hoyos, por necesidades del tráfico, se priorizará el movimiento principal del eje Francisco Silvela-Joaquín Costa y se dispondrán dos anillos concéntricos perpendiculares a la calle de López de Hoyos, en los que se mantendrán dos carriles con sendas isletas centrales. Esta disposición permitirá aumentar la anchura de las aceras en toda la extensión de la glorieta.
En la propia calle de López de Hoyos se renovarán los pavimentos y la calzada contará con dos carriles por sentido sin separación física. Al este de Príncipe de Vergara se remodelará la intersección con una nueva configuración viaria que dará lugar a un nuevo espacio estancial para el uso y disfrute de los vecinos.
Además, la calle de Gabriel Lobo, situada en el entorno de estas grandes arterias, se verá beneficiada con la reforma y estrenará pavimentos, calzada y reformas en la plaza de la intersección con la calle del Duque de Sevilla.
Para integrar otros modos de movilidad, así como fomentar y facilitar los desplazamientos en bici, en las calles de Joaquín Costa y Francisco Silvela se crearán carriles unidireccionales para el tránsito exclusivo de estos vehículos.
El hormigón va dando paso así a un nuevo concepto de ciudad más verde, más sostenible, más humana.