Los Veranos de la Villa de este año tienen mucho de especial, y no sólo por los efectos derivados de la pandemia. En su objetivo de concentrar en un solo un mes una oferta muy plural, que recoja lo ‘mejor de cada casa’, el festival ha incluido en sus propuestas una manifestación cultural que no es habitual en este tipo de eventos, la gastronomía. Para ello, han invitado a 19 chefs a diseñar platos inspirados en cada uno de los 22 espectáculos de la programación. La danza, la música y el teatro o el circo van a maridarse con los fogones de grandes cocineros en este verano para chuparse los dedos.
La chef Pepa Muñoz es la encargada de empezar a calentar los paladares. La madrileña, cuyo restaurante, El Qüenco de Pepa, cuenta con una estrella Michelín, ha creado un plato inspirado en el espectáculo de la Compañía Nacional de Danza que inaugura el festival el próximo 29 de julio. Cada uno de los ingredientes de su receta está elegido y elaborado para hacernos saborear esta función. “Desde los chipirones, que me parece un ingrediente muy sutil, al ‘tutú’ que forma la cebolleta fresca cortada muy fina y que confiere al plato movimiento, y el aliño de mahonesa con soja, hiervas y cebollino que dan el contrapunto de la fuerza, todo está inspirado en el arte de la danza, que siempre me ha apasionado”, explica.
‘Comerse el verano’ es el nombre de esta fiesta culinaria que ha diseñado Veranos de la Villa en colaboración con la Federación de Cocineros y Reposteros de España (FACYRE), y que coincide con la Capitalidad Iberoamericana de la Cultura Gastronómica que Madrid ostenta durante 2020 y 2021. Como cocinera y presidenta de FACYRE, Pepa Muñoz asegura haber recibido la invitación a participar el festival que organiza el Ayuntamiento con mucha ilusión. “La gastronomía forma parte de cultura y la identidad española y madrileña, por lo que es una enorme satisfacción para nosotros que esté representada en nuestros emblemáticos Veranos de la Villa”.
Primer destino gastronómico de Europa
Madrid es el primer destino gastronómico de Europa y uno de los más importantes del mundo. La ciudad cuenta con una excelente oferta culinaria, que está representada en más de 3.000 establecimientos en los que puede degustarse desde la cocina más tradicional y clásica hasta la más sofisticada y vanguardista. Seguir manteniendo esta posición es el objetivo tanto del sector como del festival municipal, que se ha volcado en destacar el patrimonio de la ciudad para contribuir a la reactivación de su tejido cultural, en el que la gastronomía ocupa un lugar ganado a pulso. El éxito lo atribuye Muñoz “tanto a los fantásticos chefs que tienen sus restaurantes en la capital como a la variedad y calidad del producto con el que se trabaja”.
Para salir lo mejor parados posible de la crisis que ha causado la pandemia del Covid-19 en el sector, la receta de Muñoz es muy clara: “Este es un trabajo de pico y pala, de todos los días y por eso ahora más que nunca hay que seguir luchando en esa dirección”. La colaboración de las administraciones también es clave para la chef. “Yo siempre les digo a nuestros representante públicos que nos ‘usen’, como lo ha hecho ahora Veranos de la Villa; que usen nuestra gastronomía que tiene mucho que aportar y significa un gran valor añadido para la ciudad”.
Lomo de mújol en La Corte del faraón
A medida que vayan celebrándose los espectáculos programados en los Veranos de la Villa, el público podrá acceder a las recetas que han diseñado los chefs en exclusiva para esta ocasión en la web del festival https://www.veranosdelavilla.com/es y en su cuenta de Instagram. Además los madrileños pueden compartir sus propias versiones de este ‘recetario del arte’, a través de las redes sociales con el hashtag #ComerseElVerano.
Así, durante las próximas semanas, podremos saborear, por ejemplo, el contundente lomo de mújol con cilantro, comino, salsa de cerveza, dátiles y miel, ideado por Pedro Larumbe para La corte de Faraón protagonizada por Belinda Washington; la flor de espárragos, blancos, colmenillas y crestas, creada por Ramón Freixá para condimentar la experiencia de aestroesía que propone Una noche en el Torreón; la sinfonía de verduras con yema curada, crema de jamón y suspiros ibéricos que ha pensado Rebeca Hernández para aderezar el recital con el que Juan Valderrama rinde homenaje a poetas de todos los tiempos en Mujeres de carne y verso, o el tartar de ostras y tuétano de wagyu, recubierto de una cúpula fina de arcilla de kaolín y sobre una gelatina con cerveza Cibeles con el que Miguel Ángel Mateos le pone sabor a las atropelladas Historias del Kronen para celebrar los 25 años de este ya clásico del cine madrileño. Jesús Almagro (St. James) ha creado su tiradito de lubina, emulsión de salsa diabla, encurtido de coliflor y eneldo, con el que le ha puesto picante al ya pícaro El diablo cojuelo de La Radical Teatro. Estas son solo algunas de las recetas para ir abriendo boca.