Faltan solo dos días en la cuenta atrás para que la cita estival más importante de Madrid, Los Veranos de la Villa, levante el telón. La pandemia y sus secuelas no han impedido ese reencuentro al aire libre que cada estío,  desde hace 36 años, tienen madrileños y visitantes con la cultura y el arte en todas sus manifestaciones.

Este año vienen con una “visión muy plural y muy general de todos los estilos: hay poquitas cosas de muchos géneros: un poquito de teatro, un poquito de música, un poquito de danza…”. Así lo explica  Angel Murcia, director de esta edición.  La razón la ha impuesto el recorte del calendario, que los ha circunscrito a un solo mes –habitualmente son dos- y además con reducción de aforo, y la necesidad de garantizar la seguridad de espectadores, artistas y trabajadores. Este último hecho  ha obligado a focalizar la programación en un reciento emblemático, el Conde Duque, un escenario que, desde 2008, había cedido protagonismo a otros espacios de la ciudad en esta cita estival.

La apertura la dará el miércoles 29, la Compañía Nacional de Danza, bajo la dirección de Joaquín de Luz. El cierre lo echará  el 30 de agosto Carmen Linares,  la única mujer del arte flamenco ganadora de un Premio Nacional de Música (2001). Entre medias, una programación intensa en la que muchos tendrán problemas para elegir. Puedes encontrarla aquí. Y Cuando te decidas, consulta en este enlace el calendario de venta de las entradas.

De todo y para todos

Ha sido Okuda San Miguel, uno de los máximos exponentes del arte urbano español, el  autor del cartel y la creatividad. Ojear el programa es comprobar la afirmación de Angel Murcia, ese un poco de todo para todos. No faltan propuestas para la familia, circo, magia…  Tampoco danza ni cine, con un guiño este último al verano del 95, cuando saltó a la cartelera la icónica ‘Historias del Kronen’. Ni, por supuesto música, con nombres como Juan Valderrama, Carmen Linares o dos de los representantes de la folktrónica nacional, Baiuca y Le Parody.  Y, de nuevo, la zarzuela, un género tan arraigado en la esencia madrileña, que trae dos obras ‘La corte del faraón’, protagonizada por Belinda Washington y ‘El estudiante y la zarzuela’, escrita y dirigida por Raquel Acinas.

Y, para los amantes de las sorpresas, una ‘cita a ciegas’, un concierto de un artista cuyo nombre se conocerá cuando empiece la actuación el 19 de agosto. Eso sí, las redes sociales te irán dando pistas hasta ese momento.

Mirando a Madrid

Los problemas de movilidad, de tránsito por las fronteras y de traer a compañías extranjeras han condicionado la programación y ha hecho que estos Veranos centren la mirada en la propia ciudad. “Desde el inicio pensamos en poner de relieve el patrimonio de Madrid tanto tangible como intangible. Y parte de ese patrimonio son sus creadores”, explica Murcia. Una condición, la de madrileño, que no la marca la literalidad de la partida de nacimiento. “Nos interesaban –prosigue el director artístico- tanto los que, nacidos aquí, han hecho su carrera profesional fuera de Madrid como quienes, siendo de otros lugares, han elegido Madrid para desarrollar su trayectoria”. En el primer grupo, nombres como Joaquín de Luz, quien fuera primer bailarín del New York City Ballet y hoy está al frente de la Compañía Nacional de Danza. En el segundo, ejemplos como Dany Panullo, argentino de nacimiento, que aterrizó en Madrid a mediados de los 80 y ha sido aquí donde ha desarrollado su carrera artística como coreógrafo y director de escena.

“Hemos intentado dar una visión lo más amplia posible  de la relación de Madrid con sus creadores en todos los campos artísticos. El creador es su mochila. Nadie puede renunciar a sus orígenes ni a su trayectoria. Eso marca su obra y enriquece a esta ciudad. Madrid es la ciudad de las oportunidades”, subraya Angel Murcia, que es un madrileño de Bilbao.

Veranos seguros, accesibles y solidarios

Desde el principio la idea ha sido mantener el carácter presencial. “Hemos tomado decisiones logísticas que nos han permitido trabajar mejor en ese objetivo de conjugar la presencia de los espectadores con la ausencia de riesgos para la salud”, dice Murcia. Y ahí Conde Duque juega un papel fundamental. “Nos permite controlar los flujos de asistencia, tratamiento de camerinos, limpieza del recinto…”.  Un recinto que se desinfectará antes de cada función y donde habrá gel hidroalcohólico en entradas, zonas comunes y aseos. El uso de mascarilla es obligatorio, así como mantener la distancia de seguridad y es recomendable descargar la entrada en el móvil y llegar con antelación.

Y en ese gran patio de butacas al aire libre, los sanitarios, que lucharon desde el primer momento contra la Covid-19, tienen una fila gratuita reservada cada noche. Es una forma de darles las gracias, como también lo es el lema de este año: ‘Veranos de la Villa, Gracias Madrid’. Esas entradas estarán disponibles en las taquillas del Conde Duque a partir de las 17:30 h del día de la función y se podrán recoger presentando la documentación acreditativa.

El 99% de los espectáculos son accesibles para personas con movilidad reducida y habrá audiodescripciones y paseos escénicos para personas con discapacidad visual o intelectual y también con intérpretes de lengua de signos.

Recuerda, tienes una cita. Se llama Veranos de la Villa.