Madrid es una de las ciudades más arboladas del mundo, sólo el Ayuntamiento conserva anualmente más de un millón de árboles en las calles y zonas verdes de la capital. Además, también existe una gran masa vegetal en los grandes parques históricos y forestales. Todo ello ha sido y sigue siendo posible gracias a los cuidados que se llevan a cabo desde el Área de Medio Ambiente y Movilidad.

Cada árbol es un ser vivo único, con unas características peculiares que se han ido definiendo a lo largo de su vida. Algunos son maduros, con fuertes troncos y grandes copas. Sin embargo, otros, los que se acaban de plantar, apenas tienen 16 centímetros de diámetro y sus ramas incipientes albergan pocas hojas. Todos ellos conviven y conforman gran parte de la infraestructura verde de Madrid.

Paseando por la ciudad se observa que los árboles recién plantados no están solos, a una distancia mínima de 20 centímetros les acompañan sus tutores. Tal y como indica su nombre, estas estacas de madera que se encuentran unidas a ellos generalmente por unas gomas, tienen la función de cuidarles en su crecimiento. Constituyen una pequeña guía que les ayuda a anclarse, desarrollar sus raíces, mantenerse en posición vertical y adaptarse a las condiciones del entorno urbano. Los tutores se instalan en el mismo momento de la plantación.

La ley  8/2005, de 26 de diciembre, de Protección y Fomento del Arbolado Urbano de la Comunidad de Madrid indica en su artículo 7 (capítulo 3) que “las nuevas plantaciones se asegurarán por medio de vástagos o tutores de tamaño apropiado”. A veces, dependiendo de determinadas circunstancias, como el tamaño del ejemplar o su ubicación, se colocan dos tutores o protectores metálicos de tres pies.

Tutores de todos los colores

Los tutores de los árboles de Madrid tienen una peculiaridad: en su parte alta están marcados con pintura de diferentes colores. Algunos tienen una marca azul, otros verde, morada, naranja, amarilla, blanca, etc… La elección del color no es aleatoria, se corresponde con el año en el que el árbol se plantó. Estos son los colores de las marcas de los tutores de las últimas  5 campañas de plantaciones ejecutadas por el Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid.

 

Negros y morados, los tutores de la campaña de plantación 2017/18

Negro y morado son los colores elegidos para distinguir los árboles que se están plantando en la campaña 2017/18. Al plan ordinario de plantaciones se le ha sumado el extraordinario, cuyo objetivo ha sido reponer gran parte del arbolado que fue talado, porque suponía un alto riesgo o porque su entorno le impedía desarrollarse adecuadamente.

El plan ordinario de plantaciones que se inició el pasado otoño está ejecutado, con lo que en las calles de Madrid hay 6.455 árboles acompañados de tutores pintados con marcas moradas. Una cifra similar corresponde a las nuevas plantas del plan extraordinario, cuyos tutores están marcados de negro. Esta igualdad se romperá cuando finalice el año y se haya ejecutado la segunda fase de plantación de la campaña extraordinaria. En total, se prevén 11.190 árboles, con lo que será difícil no encontrarse con un tutor negro en las calles y zonas verdes de la capital.

Durante cinco años los tutores permanecen con los árboles

Una media de cinco años es el tiempo que los tutores suelen acompañar en su crecimiento a los árboles recién plantados. Además de la función primordial que proporcionan estos pies de madera, el éxito de una plantación depende de otros muchos factores como las condiciones del suelo, la correcta elección de especie, la calidad de la planta, la adecuada ubicación y, un elemento fundamental, los cuidados posteriores, sobre todo en los cinco primeros años.

Diferentes riegos dependiendo del grado de consolidación

Una vez realizada la plantación se riega abundantemente para asentar la tierra y aportar el agua suficiente que necesita la nueva planta. La frecuencia de los riegos seguirá las prescripciones técnicas marcadas por la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes y que quedan reflejadas en el contrato de mantenimiento. En general, el riego varía según el grado de consolidación del árbol, de las condiciones climatológicas y de las especies.

Los árboles recién plantados, es decir, los que se encuentran en su primer año de plantación reciben una media mínima de 36 riegos al año, cada uno con una dosis mínima de 50 litros. La frecuencia varía con las diferentes estaciones, siendo obligatorio el riego semanal en los meses de verano. Por otro lado, los árboles no consolidados, hasta cinco años desde su plantación, son regados como mínimo 25 veces al año, centrados prácticamente en la primavera y el verano.

Aunque una vez que se han consolidado no se riegan porque sus raíces han explorado el terreno más allá de su alcorque, ocasionalmente, en algunas especies que tienen mayor requerimiento de agua, se realizan riegos puntuales en los días que se alcanzan elevadas temperaturas.