Carmen Rebollo ha desarrollado su carrera en el Ayuntamiento de Madrid en donde ingresó como técnico superior en 1984. Cuenta con más de 30 años de experiencia en la gestión pública en el ámbito local, que ha desarrollado en las Áreas de Medio Ambiente, Economía y Salud, Seguridad y Emergencias.
Ha colaborado en diversos programas y planes municipales enfocados al control medioambiental, la sostenibilidad urbana y la defensa de los derechos de los consumidores. En estos ámbitos, ha participado como experta en proyectos europeos, grupos de trabajo nacionales e internacionales y en numerosos cursos, jornadas y conferencias. Desde septiembre de 2015 es directora general del Instituto Municipal de Consumo.
Forma parte del equipo de organización del IV Encuentro Estatal de Ciudades por el Comercio Justo, que se celebrará en Madrid el próximo jueves 26 de octubre. Hablamos con ella días antes del encuentro para saber más sobre el comercio justo, un tema del que habla con pasión.
Lo primero de todo, y aunque lo hemos oído mil veces ¿Qué es el comercio justo?
Es un tipo de comercio que pone en valor otro modelo más justo de relaciones comerciales, un modelo que tiene en cuenta no solo lo económico, sino valores sociales y ambientales, garantizando unas condiciones de trabajo dignas y un precio justo para los productores, además del respeto por el medio ambiente, contribuyendo así al desarrollo de los países del llamado “Sur”. Es, pues, más que una alternativa comercial, es un movimiento social internacional cuya finalidad última es combatir la pobreza y la desigualdad.
¿Es España un país sensibilizado en este tema?
La sensibilización es creciente, pero queda mucho trabajo por hacer si queremos estar a la altura de países de nuestro entorno. Podemos tomar como referencia algunos datos objetivos. La Coordinadora Estatal de Comercio Justo publica un informe anual, los datos correspondientes al de 2016 lo que reflejan claramente es que el consumo de productos de comercio justo sigue una tendencia claramente creciente año tras año. En concreto las ventas de productos han crecido un 14,8% con respecto al año anterior. Pero nuestro consumo per cápita y año, aunque se ha incrementado, es tan solo de 0,86 euros, muy por debajo de la media europea que se acerca a 14 euros. De ahí la importancia que tiene la difusión y sensibilización de los valores que representa.
¿Qué hace el Ayuntamiento de Madrid en este ámbito?
La ciudad de Madrid lleva varios años trabajando en la promoción del Comercio Justo. En cuanto al compromiso político, se refleja inicialmente en una resolución del Pleno del Ayuntamiento en 2008 que ordenaba que el consistorio iniciara las acciones necesarias para que Madrid recibiera la acreditación de “Ciudad por el Comercio Justo”, que recibió en 2011. Y desde entonces se pasaron a hacer planes bianuales que incluían desde crear un grupo de trabajo local, el “Foro Municipal de Comercio Justo” en el que están integrados la administración municipal, asociaciones de consumidores, organizaciones empresariales y ONGs de Comercio Justo. Su labor consiste en elaborar programas bienales de trabajo y hacer un seguimiento de la evolución de este tipo de comercio en nuestra ciudad.
Estos planes de trabajo incluyen acciones de sensibilización para dar visibilidad al comercio justo entre la ciudadanía a través de eventos específicos, de labores de formación e información y de difusión en medios de comunicación. También acciones de fomento de la accesibilidad a estos productos en tiendas, supermercados y hostelería, labores de formación en la escuela y en la propia organización municipal.
Se trata, en definitiva de promover todo un conjunto de actividades que nos permiten que cada vez haya más difusión de estos temas y podamos cumplir con los criterios de la campaña internacional a la que estamos adheridos y que nos evalúa cada dos años. Y he de decir que hemos pasado ya 3 de estas evaluaciones, la última en 2016.
Octubre es un mes especial en el ámbito del Comercio Justo ¿qué se ha hecho desde el Ayuntamiento?
Efectivamente, digamos que hay dos fechas muy señaladas. Una en mayo, que es cuando se celebra el Día Mundial del Comercio Justo, y otra en octubre, que hay actividades para celebrar el Mes Fairtrade y el Open Day.
Y para este mes hemos preparado dos acciones muy relevantes. Por una parte desarrollamos una campaña de comunicación en mobiliario urbano, del 2 al 8 de octubre, a través de 100 marquesinas de autobuses existentes en nuestra ciudad, bajo el lema “Elige el mundo en el que quieres vivir. Cada gesto cuenta”. La idea que queremos lanzar es revertir la idea de que desde pequeñas acciones individuales no se puede combatir un problema global. A través de su mensaje, se quiere transmitir que todos podemos apoyar el Comercio Justo con pequeños gestos, mediante nuestras opciones de compra.
Las organizaciones de Comercio Justo y, en particular Fairtrade Ibérica organizan también una serie de actividades de promoción y visibilización de los productos de Comercio Justo. Además este jueves, el 26 de octubre, la ciudad de Madrid acoge el IV Encuentro Estatal de Ciudades por el Comercio Justo.
¿Por qué es tan importante este evento?
Es importante porque se van a dar cita tienen la acreditación de “Ciudad por el comercio justo” y las que están trabajando para llegar a conseguirla promoviendo así el aprendizaje colectivo y fomentando el trabajo en red.
Es importante porque además son las ciudades las protagonistas, todos los agentes que intervienen, los que se implican: la administración municipal, las asociaciones de consumidores y organizaciones empresariales, la comunidad educativa, las ONGs que trabajan en este campo, etc. Será un día muy bonito de compartir experiencias, de ver qué han hecho los otros, explicar qué hacemos en el Ayuntamiento, proponer acciones para llevar a cabo en común, crear sinergias…
Carmen, ¿qué les diría a aquellas personas que piensan que el comercio justo está muy bien pero que “siempre es más caro” que el convencional?
Madrid, como Ciudad por el Comercio Justo, desarrolla numerosas campañas de concienciaciónPues lo primero que para hablar de precios es esencial que comparemos cosas equivalentes entre sí, es decir calidades similares. Esto lo vemos mucho en los productos más comunes (café, chocolate, infusiones, azúcar), que la gente dice “esto es más caro”, pero hay que tener en cuenta que los productos de Comercio Justo son productos con una alta calidad.
Además, hay una parte de la sociedad que está dispuesta a pagar un poco más por los valores que conlleva. No hay que confundir el precio de un producto con su valor. Una persona que compra productos de Comercio Justo sabe que las personas que lo han fabricado tienen unas condiciones laborales dignas, que no se utiliza mano de obra infantil, que se reinvierte en esas comunidades a las que se paga un precio justo por el producto, que se respeta la igualdad de género…. Eso es lo que le da su verdadero valor, su valor social.