Madrid dispone de numerosos kilómetros de carriles bus que permiten priorizar el transporte colectivo para favorecer la movilidad en la ciudad. El próximo candidato es el carril bus (también para taxis y motos) de la calle Alcalá, que se creó con motivo del servicio especial por el cierre de la Línea 5 de Metro, y que tras su buen funcionamiento, se quiere establecer de forma permanente, una vez reabierta la línea.
Cuando nos movemos en autobús ahorramos no solo emisiones a la atmósfera, sino también espacio, en comparación con el vehículo privado, que en la mayoría de las ocasiones solo da servicio a una única persona. La apuesta por el transporte público y, en este caso, por el autobús es fundamental para reducir la contaminación y también para mejorar la movilidad y la convivencia de modos de transporte en una ciudad, la de Madrid, en la que el 80 por ciento del espacio público está dedicado al vehículo privado, mientras solo supone el 29 por ciento de los viajes.
Por este motivo, la creación de más carriles bus es una de las 30 medidas del Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático. En concreto, con la creación de nuevos carriles se busca aumentar la velocidad comercial y la calidad del servicio, y así sumar viajeros a la red de la EMT, que contribuyen a este objetivo compartido por las capitales europeas.
El carril bus de Alcalá es equiparable al de la avenida de la Albufera. Tras la puesta en marcha de un servicio especial, se decide mantener. En este caso, se ha querido corroborar la previsión del Ayuntamiento sobre sus beneficios para la movilidad con un mes de prueba en condiciones de tráfico normales. Es pronto para sacar conclusiones definitivas, pero en los dos primeros días la intensidad de tráfico (un parámetro que da una muestra de la congestión) se ha reducido levemente en comparación con días equiparables del año anterior, pero sin darse cambios significativos ni provocar congestión, con la excepción provocada, desafortunadamente, por un accidente de tráfico.
Un dato positivo si se tiene en cuenta que el tráfico privado cuenta con un carril menos, pero más si sabemos que el carril bus transporta 91.000 viajeros al día frente a 18.000 coches (la media de ocupación en Madrid es de 1,3) y que también da servicio a taxis y motos. Por esta calle, circulan 7 líneas de autobús que llegan a 26 circulaciones por hora en algunos tramos. Estos datos respaldan la creación del carril bus, según la instrucción de vías públicas del Ayuntamiento, del año 2000.
Además, con esta nueva configuración se consigue eliminar la doble fila, una práctica muy habitual anteriormente en esta calle, y que dificultaba una circulación fluida. Tampoco hay que olvidar que para un correcto funcionamiento, con la implantación del carril bus en julio se eliminaron algunos de los giros a la izquierda.
Pero los planes para la calle Alcalá no acaban aquí. En unos meses, se abordará una reforma global del eje que beneficiará a peatones, ciclistas y usuarios del transporte público, manteniendo también espacio para el tráfico privado. Todo ello enmarcado en el principal objetivo del Plan A, la reducción de emisiones contaminantes, como exige la Unión Europea, para proteger nuestra salud y conseguir una ciudad más habitable.