Todo empezó con el interés de los investigadores por la Guerra Civil española y de varias asociaciones ciudadanas. Sensible a esta ‘resurrección’ histórica, el Ayuntamiento de Madrid decidió abrir por primera vez al público el búnker ubicado en el Parque de El Capricho. Lo hizo, tras su restauración, el 28 de mayo de 2016 con un programa de visitas guiadas que ahora reanuda y amplía.
El búnker, que albergaba el Cuartel General del ejército republicano del Centro, tenía un nombre en clave: la Posición Jaca. La demanda por conocer en directo la “Posición Jaca”, que supone una parte importante de la historia de Madrid, ha hecho que el Área de Cultura ponga en marcha un nuevo ciclo de visitas, ampliado y fácilmente accesible a través de la web: reservaspatrimonio.es.
Las visitas arrancan este sábado 26 de mayo y continuarán hasta septiembre. Están programadas seis visitas por cada día de fin de semana y los horarios son: a las 10.00, 11.00, 12.00, 13.00, 18.00 y 19.00 horas. De octubre a noviembre, darán comienzo a las 10.00, 11.00, 12.00, 13.00, 16.00 y 17.00 horas. Es decir, están programadas, 324 visitas en grupos de 20 personas que se realizarán durante los fines de semana por la mañana y por la tarde. El interés por conocer el bunker ha hecho que sean ya 2.520 personas las que han hecho su reserva para la nueva temporada de visitas.
En cada visita, un equipo de guías especializados en la materia narra lo qué fue y qué aconteció en el búnker. Las visitas, desde que se entra al parque de El Capricho, duran en torno a 50 minutos. El recorrido se inicia en los tornos de acceso a este histórico jardín y desde allí se traslada al grupo, 20 personas por cada turno, hasta la entrada de la ‘Posición Jaca’, el búnker.
Un lugar más seguro
El búnker empezó a construirse en mayo de 1937, cuando la Junta de Defensa de Madrid decidió que el alto mando republicano abandonara los sótanos del Ministerio de Hacienda para instalarse en un emplazamiento más seguro.
Las instalaciones del Jardín del Capricho fueron utilizadas por el presidente de la Junta de Defensa de Madrid y Jefe del Ejército del Centro, el general José Miaja, que tuvo su residencia y despacho en el palacio hasta 1938. Su puesto sería ocupado posteriormente por el coronel Segismundo Casado López, que mantendría el Cuartel General de Centro en La Alameda hasta el final de la guerra.
Para ello se realizaron diferentes obras de adaptación, que incluyeron un refugio contra bombardeos, reformas en el palacio, diez pabellones ligeros para el alojamiento de las tropas, y un pabellón de comunicaciones. Estas últimas construcciones ya han desparecido.
Ladrillo y hormigón
La construcción del búnker supuso la extracción de varios miles de metros cúbicos de tierra, 200 metros cúbicos de construcción de ladrillo y más de 70 metros cúbicos de hormigón para el blindaje. Además, y dada la preocupación existente por la posible utilización de gases en los ataques, se diseñó de modo que fuera estanco.
En la estructura del refugio se pueden identificar un depósito de agua alimentado por uno de los viajes de agua del jardín; una fosa séptica con tubería de evacuación; un sistema de ventilación a través por medio de bombas eléctricas; un generador de energía alimentado por gasoil, e instalaciones para 200 personas.