«El tiempo de los gitanos errantes pasó ya hace mucho.
Pero yo les veo, son alegres, fuertes y claros como el agua».
Lágrimas de sangre, Bronislawa Wajs, la Papusza
El trabajo por la visibilidad y la igualdad de derechos en el caso de la mujer en general es difícil, pero si eres mujer y gitana, lo es el doble. Esto lo tienen muy claro las mujeres que el pasado miércoles 22 de marzo asistieron al encuentro de asociaciones de mujeres gitanas con el lema “Reivindicando nuestra historia”, donde se destacó el papel de la mujer gitana a lo largo de la historia a través del recorrido por la vida de Bronislawa Wajs, conocida como la Papusza, la primera mujer poetisa y cantante polaca de etnia romaní que publicó su obra.
Las mujeres asistentes al acto se mostraban todas diferentes, pero con algo en común: luchar por tener identidad propia. Con ilusión leyeron algunos versos de la poetisa, los cuales fueron traducidos al español para ser recitados en el encuentro, “nos hemos dejado las pestañas para traducirlos”, afirmaba desde el escenario Aurora Serrano, de la Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad, que confirmaba así la poca repercusión que ha tenido la Papusza en Europa, por lo que les costó tanto encontrar versos en español.
El significado de la Papusza
La Papusza (que significa “muñeca” en romaní) ha servido de inspiración para estas mujeres que antes del encuentro habían visualizado la película sobre su vida, con el fin de concienciar a las mujeres de este colectivo, mostrando el duro papel que le tocó vivir a la protagonista, quién aprendió a leer a escondidas por miedo a ser repudiada por su propio pueblo.
Para Ana María Salazar, de la Asociación Romí Sersení, la Papusza significa “mujer soñadora, luchadora y trabajadora”. Tuvo conocimiento de su historia a través de su asociación, y entusiasmada la describe como “una mujer valiente, que resistió a la guerra, al tormento de su familia que le impedía desarrollar el talento que ella tenía, que necesitaba explotar todo lo que llevaba dentro y que a través de su coraje siguió queriendo aprender a leer y hacer cosas nuevas”. Cuenta que desde su asociación forman a las mujeres para que extiendan aquello que saben pero que no pueden desarrollar por los límites, por los miedos, y por las críticas. “Ellas (desde su asociación) lo que están haciendo con nosotras es decirnos: sí podéis, sí valéis y adelante que solas no estáis”, afirma Ana María.
“La figura de esta increíble mujer me ha hecho creer que los sueños son posibles, que bajo las circunstancias más terribles puedes sacar lo mejor de ti y que con lucha todo se consigue. Estamos hablando de una mujer que no es un cuento como La Cenicienta o La Sirenita, es una mujer real que ha luchado y que ha escrito un libro de poemas en aquellos tiempos. Lo que más surge en mí es admiración y sobre todo creer que quien quiere, puede”, sentencia Ani Carmona, de la Federación Red Artemisa.
El trabajo de las mujeres gitanas
Rocío García, de la Fundación Secretariado Gitano, también trabaja por hacer visible a la mujer gitana en la sociedad. Para ella la Papusza “significa recordar que antes ha habido otras mujeres que han sido capaces de luchar. Significa que en la actualidad tenemos que coger esa herencia, continuar y seguir luchando por los derechos que hoy consideramos que todavía no se cumplen dentro de las mujeres gitanas”. Para ello, como fundación están trabajando sobre todo en el ámbito de la educación, “queremos conseguir que chicas y chicos, sobre todo las chicas, finalicen la secundaria para que continúen en estudios post obligatorios y que alcancen todos los sueños que quieren”. Rocío afirma que esto es importante para el acceso al empleo, “son dos líneas en donde estamos poniendo el peso: en la educación y en el empleo. Sin el empleo no hay acceso a muchos bienes, a muchos servicios. El empleo nos da la llave para tener esa independencia que muchas mujeres necesitan para tomar las riendas de su vida y tomar las decisiones oportunas en cada momento de su vida. Son dos palancas que consideramos fundamentales cuando hablamos de inclusión e igualdad de oportunidades.”
La Asociación Barró, por su parte, lleva a cabo un programa llamado “Salud y mujer gitana”, a través del cual muchas mujeres del colectivo que “nunca se revisaban y ahora quieren utilizar métodos anti conceptivos porque no quieren tener tantos bebés”, están asistiendo al ginecólogo, afirma Paqui Mayoral, de la Asociación Barró. Ella trabaja además como mediadora en dos institutos, “cuando les pregunto a las niñas qué quieren ser de mayores me dicen que quieren ser mediadoras sociales y eso a mí me llena de orgullo”, cuenta Paqui mientras se le ilumina la mirada, “pero yo les digo que pueden ser mucho más, podéis ser lo que queráis, profesoras, como si queréis ser astronautas”. Se siente agradecida a la Asociación Barró y a la Red Artemisa por haber confiado en ella y en tantas mediadoras que están haciendo «un trabajo de apoyo para las mujeres en general, pero sobre todo para las mujeres y las niñas gitanas”.
Frases como “sueño con el día en el que un hombre haga lo que yo hago, no que me ayude”, fueron una de las muchas que se gritaron desde el escenario por parte de mujeres integrantes de las 13 asociaciones que trabajan con el Ayuntamiento a través de la Mesa por la Igualdad y que luchan por el reconocimiento y visibilidad de la mujer gitana ante la sociedad. Marta Higueras, delegada de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, que no se quiso perder el acto, aseguró que el Ayuntamiento quiere seguir apoyando y ayudando al colectivo.