Son personas que empezaron a actuar por su cuenta, movidos por su amor a los animales. Hombres y mujeres que desde hace años cuidan de los gatos que, en muchos casos por haber sido abandonados en jardines y rincones de la ciudad, viven en la calle en condiciones difíciles. Con ellos y con otros agentes sociales ha contado Madrid Salud para elaborar el “Procedimiento para la gestión de solicitudes de colaboración del Ayuntamiento de Madrid en la consolidación de colonias controladas de gatos urbanos, por razones de sostenibilidad y bienestar animal”, un documento que reconoce la labor altruista de la sociedad madrileña y facilita la tarea de voluntarios, colectivos y asociaciones de protección animal sin ánimo de lucro y veterinarios, unidos todos en el empeño y la obligación común de respeto a los animales.

A lo largo de 2016, siguiendo las líneas de este procedimiento, se han registrado 390 colonias felinas en la ciudad y se han entregado 98 carnets de colaboradores responsables y colaboradores autorizados.

El objetivo de Madrid Salud es conseguir que las condiciones de las colonias felinas, que forman parte ya del paisaje urbano de los barrios y parques, sean las adecuadas para hacer posible el bienestar de los animales y su convivencia con la ciudadanía sin perjuicio para unos u otros. Los conflictos que estas colonias pueden generar, no se olvide, se deben en gran medida a la falta de responsabilidad de quienes abandonan a los gatos, a veces camadas enteras, en zonas públicas sin preocuparse ni del destino de los animales ni de la situación que se crea en un lugar donde no tienen alimento ni cobijo.

Para mejorar las condiciones físicas de las colonias felinas y evitar problemas relacionados, sobre todo, con la higiene del entorno, en algunos países europeos y en otras ciudades españolas se ha implantado ya una estrategia de gestión de estas poblaciones basadas en el denominado método CES (Capturar/ Esterilizar / Soltar). Con ello se trata de lograr una mayor calidad de vida para los gatos y disminuir, a la vez, los problemas asociados a la superpoblación y a la gestión inadecuada del entorno, lo que incide directamente en la integración de la colonia en la realidad urbana, en la socialización y en la buena convivencia con la vecindad.

El método CES compagina la captura, la evaluación sanitaria, la esterilización, la identificación y el marcaje, con la suelta, posteriormente, de los animales controlados y el mantenimiento de los alrededores, es decir: retirada de basura acumulada por la existencia de la colonia (restos de alimento, deyecciones, otros desperdicios derivados de la presencia de gatos), suministro controlado de alimento adecuado para evitar situaciones de insalubridad, la higienización periódica de comederos y bebederos, que deberán ser de aspecto y material aceptables y se colocarán escondidos en áreas poco visibles, y el control de la llegada de nuevos ejemplares, para su control sanitario y esterilización.

En todas estas tareas, en el mantenimiento de la colonia y, en buenas parte de los casos, en la recogida de los animales es fundamental la figura del colaborador responsable y la del colaborador autorizado. Son esas personas amantes de los animales que ayudan al mantenimiento de las colonias y, con ello, colaboran al buen funcionamiento de la vida urbana en las zonas en que se asientan. Un centenar de colaboradores han realizado ya un curso de formación en buenas prácticas, que se acredita mediante la entrega del correspondiente carnet emitido por profesionales del Centro de Protección Animal perteneciente a Madrid Salud.

Estas personas recuerdan que los gatos contribuyen a evitar la presencia de roedores en parques y jardines. Y lanzan un mensaje a todos los madrileños: no abandonen a sus animales. Ni en la ciudad, ni en ningún sitio.