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Marta Toribio, monitora, les enseña algunas hortalizas que luego han de buscar en el huerto

Son las 11 de la mañana de un caluroso domingo de agosto cuando casi una quincena de niñas y niños, provistos de una gorra y una botella de agua, y acompañados en su mayoría por sus padres, entran al Huerto Urbano de El Retiro. Van a asistir al taller “Los pequeños también plantamos”, pero todavía no saben que en este gran espacio, repleto de plantaciones variadas, apeos de labranza, y que hasta cuenta con una pequeña granja, además de plantar, van a hacer muchas más actividades que ni se imaginan.

El taller comienza con la presentación por parte de la monitora. Marta Toribio lleva diez años formando a pequeños y pequeñas y el primer reto que les plantea es sencillo. Les enseña una serie de verduras y hortalizas que los pequeños tienen que identificar y luego buscarlas entre las plantaciones del huerto. Es sencillo, un pimiento verde, una berenjena, unos tomates cherry.

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L@s niñ@s descubren qué productos crecen bajo la tierra

El grupo sale disparado y consigue rápidamente la prueba. También se desplazan a una parte del huerto donde hay plantadas zanahorias. La educadora les enseña las matas verdes y algunos participantes, especialmente los de menor edad, se asombran cuando estirando de esa planta sale una zanahoria.

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Todo preparado para plantar …

Marta Toribio señala que “se nota que hay mucha más cultura de huertos y que los niños y niñas tienen muchos más conocimientos que hace unos años. Las familias, los colegios… ahora hay más sensibilización. Recuerdo que hace diez años, cuando enseñaba una berenjena, pocos niños y niñas la reconocían. O cuando hacíamos la prueba de la zanahoria abrían los ojos como platos al ver lo que estaba oculto en la tierra. Ahora, todo esto prácticamente lo conocen todos los participantes que vienen a los talleres”.

Además de la labor pedagógica de los huertos, de sobra probada, parece que el contacto con los cultivos ayuda también a pequeños gestos culinarios. “Me resulta muy curioso –cuenta la monitora- cómo algunos padres te dicen ‘es que mi hijo odia los tomates’ y ve que aquí se los comen”.   A esta pequeña prueba seguiría el tiempo de plantación, pero los más de 35 grados que se registran desaconsejan la actividad y van al interior de las instalaciones.

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Un cuento sobre una lombriz atrapa la atención de l@s pequeñ@s
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Compostaje orgánico

Es la hora de que Marta les lea un cuento. Se trata de una historia sobre una lombriz, y las grandes viñetas que muestra la monitora, acompañadas de las explicaciones casi teatralizadas que utiliza, hace que los asistentes no despeguen los ojos de ella y escuchen muy atentos hasta el final. La lombriz sigue siendo protagonista de las explicaciones cuando Sara les habla del compostaje orgánico, qué es, para qué sirve y qué papel juegan estos animalitos en todo el proceso.

 

Y claro, como las lombrices comen hojas, el taller incluye una “sesión de cocina” en la que las niñas y niños se visten de cocineros por unos minutos y preparan una exquisita comida de acelgas para ellas.

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El taller de «cocina» es una de las actividades favoritas de los asistentes
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Los participantes realizan una pequeña manualidad que luego se llevan a casa

Finalmente, los participantes fabrican un pequeño recuerdo que se podrán llevar a sus casas –junto a las hortalizas recolectadas al principio-, y que consiste en una lombriz de plastilina que ellos mismos realizan.

Este taller forma parte del programa Hábitat Madrid, organizado por el Departamento de Educación Ambiental la Dirección General de Sostenibilidad y Control Ambiental, y que contiene una variada programación actividades ambientales que se llevan a cabo en distintos puntos de información y educación ambiental del Ayuntamiento de Madrid. Así, se pueden participar en talleres como el de Anillamiento Científico; Domingos en el Retiro –actividades familiares en los que se trabajan temas medioambientales de forma participativa-; o Visita a los Centros de Fauna Urbana, donde los participantes visitan los Centros de Mariposas e Insectos desde el Teleférico.

Las actividades infantiles tienen lugar durante todo el año, cada domingo, en este huerto y las plazas, 15 por jornada, se suelen llenar enseguida. ¡Infórmate y apúntate ya!