Para conocer mejor la historia del colectivo ecuatoriano que vive en nuestra ciudad, al que le ha tocado enfrentar una crisis tras otra, debemos echar la vista atrás a finales de los años 90.

La historia de María Fernanda, una mujer de mediana edad residente en Quito que se verá obligada a hacer las maletas acuciada por la mala situación económica de su país, bien podría servir de ejemplo del periplo vivido por muchos de sus compatriotas.

Buscando un futuro mejor para su familia, lejos de la pobreza y desempleo, su destino será el distrito de Carabanchel en Madrid. Allí, gracias al apoyo de una amiga ecuatoriana encontrará habitación y un trabajo de interna en el servicio doméstico.

Serán años muy duros con interminables y sucesivas jornadas de trabajo y sobre todo con el desarraigo que supone dejar atrás el hogar, los hijos y la pareja. Seis años después recuperará la sonrisa, y tras acogerse a un proceso de regularización y acceder a la nacionalidad española podrá abrazar en Madrid a su hija y a su pareja.

Sin embargo, en 2008 con la finalización del período económico expansivo en nuestro país, pronto quedará patente la frágil situación de María Fernanda y de muchos ecuatorianos. La crisis económica motivará que tanto ella como su marido pierdan sus puestos de trabajo y sus ahorros. Además formarán parte del más de 13% de ecuatorianos que vivirán en primera persona el dramático fenómeno de los desahucios.

A pesar de ello, María Fernanda conseguirá seguir adelante poniendo todas sus esperanzas en la formación de su hija Ana Lucía, una estupenda estudiante que sueña con ser periodista para hacer oír la voz de los suyos y poder devolver a sus padres todas las atenciones recibidas.

Para estas personas que, a pesar del sufrimiento y precariedad, quieren seguir viviendo en nuestra ciudad se hace necesaria la puesta en marcha de programas de formación como el recientemente firmado entre el Ayuntamiento de Madrid y la Embajada de Ecuador cuyo objetivo es posicionarles mejor frente a la salida de la crisis y mejorar su situación socio-laboral. Esta acción se enmarca dentro de “Madrid, Ciudad de los Cuidados” un plan transversal que quiere llevar los cuidados a todas las acciones diarias de los ciudadanos para construir una ciudad más amable e igualitaria para todos.