Aunque el proceso comenzó su andadura hace dos años, va a ser en el Presupuesto General del Ayuntamiento para 2018 donde se produzca un salto cualitativo en materia de impacto de género. El esfuerzo de todas las personas implicadas en la elaboración de las cuentas municipales del próximo año, el compromiso vocacional de las funcionarias de las direcciones generales de Hacienda y de Igualdad y no discriminación, y el arranque de la Comisión de Evaluación del Impacto de Género esta misma semana marcan un punto de inflexión determinante para ‘impregnar de género’ todo lo que hacemos, tanto en la fase de elaboración como en la de ejecución de todas las actuaciones presupuestadas.
No nos cansamos de repetir que el Presupuesto no es neutro y que sí tiene género, como recalcan desde Hacienda e Igualdad, con la seguridad de que “vamos a conseguir que ‘esto’ cale en la plantilla municipal y en la ciudadanía”.
Sabemos que lo que no se nombra no existe, y lo que no se contabiliza tampoco. Tenemos claro que no hacer, no actuar, es contribuir a perpetuar pautas que discriminan a las mujeres respecto a los hombres. Por eso hay que visibilizar para transformar, e identificar las brechas de género para cambiar las relaciones entre mujeres y hombres.
Lo que estamos haciendo
En estos momentos son varias las actuaciones e iniciativas, todos ellas complementarias y transversales, que están en marcha para avanzar objetivamente hacia una igualdad real.
Por un lado, esta semana arrancaba la Comisión de Evaluación del Impacto de Género, trabajo en equipo de las Áreas de Políticas de Género y Diversidad y de Economía y Hacienda, junto a los Distritos y la sociedad civil. Con vocación de permanencia, entre sus funciones principales figura asesorar permanentemente a los órganos municipales para incorporar la perspectiva de género en el Presupuesto, es decir, la redacción del Informe de Impacto de Género. Esta es la herramienta clave para evaluar la eficacia de las políticas municipales, transversalizando el principio de igualdad de género y garantizando así el compromiso municipal de promoción de la igualdad y no discriminación de género que ha de inspirar toda actuación pública.
Pero, claro, de poco sirven los avances en las normas si no van acompañadas de una sensibilización y una formación del propio funcionariado. Más de 150 personas de las Áreas de Gobierno, Distritos y Organismos Autónomos participan en las jornadas formativas de esta semana y los primeros días de julio para conocer las pautas con las que confeccionar el informe de impacto de género que acompañará al Presupuesto de 2018.
De hecho, ya se ha iniciado el período de elaboración del próximo presupuesto. Es este un proceso largo y laborioso, que va a incorporar un informe de impacto de género más exhaustivo que el actual: más del 50% de los 124 programas que conforman el Presupuesto General del Ayuntamiento contaban con una memoria específica de impacto de género en el Presupuesto de 2017, y el objetivo es ampliar lo más posible este porcentaje para 2018.
Las directrices para incluir el enfoque de género en el Presupuesto de 2018 se basan en el modelo sueco de las 3R: R1, objetivos que promuevan la eliminación de roles y estereotipos; R2 objetivos que impulsen el acceso, control y distribución de los recursos, y R3, objetivos que fomenten la participación en espacios de poder y toma de decisiones. La novedad es que se añade la metodología de las 3 L: L1, objetivos que promuevan el derecho a la seguridad y erradicación de la violencia; L2, objetivos que contribuyan a la autonomía económica y la corresponsabilidad, y L3, objetivos que empujen la participación sociopolítica y cultural.
En el Ayuntamiento de Madrid nos hemos propuesto, e impuesto, la necesidad de impregnar de género todas las actuaciones municipales y hacerlas visibles a toda la ciudadanía, y esto lo vamos a conseguir con el esfuerzo y las aportaciones de todos los funcionarios y funcionarias que trabajamos por Madrid.