Se acerca el verano, llegan los días soleados de altas temperaturas y, con ellos, los riesgos de una exposición solar inadecuada que pase factura a nuestra piel. Según los expertos, la población está más sensibilizada con este tema que hace un par de décadas, debido a las numerosas campañas informativas realizadas sobre el tema, pero consideran que todavía falta que se comprendan realmente los riesgos de la radiación ultravioleta, a corto y largo plazo, y que se tomen las precauciones adecuadas para disfrutar del sol, pero reduciendo las posibilidades de tener problemas de salud, especialmente dermatológicos.

Imagen de archivoPara seguir avanzando en ello, el Ayuntamiento, a través de Madrid Salud, ha firmado este mes un convenio con la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) para llevar a cabo el proyecto, ‘Madrid Dermosaludable’. El doctor Francisco Bru, médico funcionario de Madrid Salud y especialista en dermatología con más de 30 años de experiencia, se muestra orgulloso de haber recibido el sello ‘Ciudad Dermosaludable’, porque “es una distinción que da la AEDV a las instituciones que se implican en las enfermedades dermatológicas, y Madrid Salud lleva trabajando varias décadas en una buena salud de la piel de los madrileños”. La vicealcaldesa recogió esta distinción en el marco del 51º Congreso Nacional de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), celebrado a finales del pasado mes de mayo.El proyecto, en fase de desarrollo, servirá como punto de partida para sensibilizar sobre la higiene y el cuidado de la piel, así como sobre la prevención de las enfermedades cutáneas en general y de las infecciones de transmisión sexual (ITS). Esta iniciativa “contempla llevar a cabo numerosas campañas de información y prevención en diversos centros municipales que se desarrollarán durante todo el año, aunque se incidirá más en los meses de verano”, explica Bru. 

Pequeños consejos con grandes resultados

El dermatólogo explica que hay unas pautas muy fáciles de seguir. “Evitar el sol en las horas centrales del día, cuando la radiación ultravioleta tiene mayor intensidad, es muy importante”. Y, si a pesar de ello, nos vemos sujetos a esta exposición, “hay protectores muy simples que descuidamos, como un sombrero o una gorra, unas buenas gafas de sol, buscar la sombra en nuestros desplazamientos a pie, usar una ropa adecuada en el resto del cuerpo y, por supuesto, las cremas solares”. Y en este último punto, insiste en algo que sigue observando que no hacemos correctamente. “La mayoría de gente usa cremas protectoras, y de protección alta, pero hay que ponerlas bien para que sean eficaces. Cualquier crema solar se pone unos 20 minutos antes de la exposición al sol, porque no actúan de forma inmediata y necesitan ser absorbidas por la piel, y luego hay que seguir aplicándola de manera repetitiva y generosa”, indica el doctor. “Si no se siguen estas pautas, esa crema no va a cumplir su papel”.

El dermatólogo de Madrid Salud explica que los efectos más inmediatos de una incorrecta exposición al sol son las pequeñas quemaduras solares, enrojecimiento de la piel, sensación de calor e incluso ardor en la zona, y formación de vesículas o ampollas sobre la piel quemada. Pero estas señales “desaparecen” al cabo de unos días, aunque ya sabemos que la piel tiene memoria, es decir, que almacena ese daño celular acumulado al cabo de los años. Al final, estas exposiciones incorrectas provocan un envejecimiento de la piel, aumento de las arrugas, cambios de la estructura de la dermis y, lo que es peor, puede llevar a la aparición de melanomas cutáneos y cáncer de piel, sin duda la más grave de estas afecciones dermatológicas.

La regla ABCDE para un buen control

El doctor Bru asegura que lo mejor es una continua autoexploración y autodetección de nuestras manchas. “Nos tenemos que acostumbrar a fijarnos en la presencia y distribución de ciertas manchas, descubrir si tenemos un lunar nuevo, y para ello lo mejor es ayudarnos de un espejo. Cambio, color, tamaño … Para que no se nos olvide, los dermatólogos tienen una palabra nemotécnica que ayuda a los pacientes a detectar posibles anomalías: el ABCDE.

“La A hace referencia a la asimetría, si una parte del lunar no es simétrico con la otra, la B es por los bordes, si son irregulares; la C es por el color, las manchas de un solo color marrón suelen ser benignas pero los colores múltiples, rojo, negro, blanco o gris son más peligrosos; la D es por el diámetro del lunar o mancha, si tiene un diámetro de más de 6mm, que viene a ser lo que mide un lápiz, es conveniente mirarlas, y finalmente la E nos señala que hay que ver la evolución, si esa mancha ha crecido, si de repente ha cambiado su forma”. Este experto explica que, basándonos en estos cinco aspectos, podremos decidir si es necesario acudir al dermatólogo a una revisión exhaustiva.

El doctor Bru aporta otro signo que tiene un nombre curioso, pero no tiene nada de inocente: “el patito feo”. El síntoma del patito feo hace referencia a una lesión que tiene un aspecto diferente a todas las demás de nuestro cuerpo. Este signo, unido a la sensación del paciente de un cambio reciente en esta lesión, sería un dato que motiva una inmediata visita al profesional.