Es uno de los dos cerros testigo –elevaciones solitarias que debido a la erosión se hallan en una zona plana- que se mantienen en la ciudad. Con sus 726 metros de altura y compartiendo el espacio de dos distritos, Villa de Vallecas y Vicálvaro,  el cerro Almodóvar es un buen testigo de la historia de Madrid desde sus tiempos más remotos. El deterioro de décadas ha acentuado hoy su desertificación. Su  mañana, sin embargo, pinta muy distinto: es el kilómetro 0 del futuro Bosque Metropolitano. Y en ese futuro  cuenta la palabra de los vecinos.