Veranos de la Villa 2017 se desplegó ayer por diferentes puntos de Madrid. Lo hizo con circo y con el sonido más contemporáneo de la música mexicana como guiño a la presencia de Madrid como ciudad invitada a la próxima Feria del Libro de Guadalajara (México).
Fotos: Veranos dela Villa
La compañía de Manolo Alcántara, con él a la cabeza, logró emocionar ayer al público que se reunió en el Teatro Circo Price para asistir a un espectáculo lleno de dificultad y sorpresa, donde la escenografía, a base de estructuras levantadas en directo, sirvió de inverosímil camino en una imaginativa demostración de fuerza y equilibrio.
Los asistentes al estreno de ‘Rudo’, que arrancó el miércoles 12 de julio, en Madrid se sintieron más invitados que nunca a compartir los peligros y anhelos de su protagonista, sentados alrededor de una pista empequeñecida para la ocasión. Proeza y absurdo con acompañamiento musical, en directo y de excepcional lirismo, para compartir un circo singular y personal como pocos.
Hoy viernes 14 de julio, a las 21 horas, los Veranos de la Villa en el Teatro Circo Price, representan de nuevo el espectáculo para toda la familia, especialmente para los chavales a partir de los siete años.
Veranos de la Villa trae a Madrid esta obra coproducción del Festival Grec de Barcelona, que ha recibido los premios Mejor Espectáculo Umore Azoka 2014, Mejor Espectáculo Zirkolika 2014 y Mejor Espectáculo NOCHES FETEN 2015.
Siddharta, Porter e IMS
Ayer jueves 13, en el Recinto Ferial de IFEMA sonó el rock más contemporáneo venido desde México. Fue un triple concierto con una producción musical tan incontenible como imprevisible.
Aderezado con todos los ritmos y fusiones posibles de las tierras mexicanas, tocaron los más grandes, los que más están pegando en la otra orilla del charco: Siddarta, el músico de la ciudad de Guadalajara (México) que con solo tres álbumes se ha convertido en un referente del indie-pop-rock alternativo.
El grupo Porte, oriundo también de Guadalajara, representantes consolidados del rock alternativo y experimental pusieron en danza al público asistente. Y el Instituto Mexicano del Sonido, un proyecto del músico defeño Camilo Lara, ofreció una mezcla de sonidos folk mexicanos con electrónica y hip hop. Toda una fiesta con sabor a mezcal. /