Veranos de la Villa se trasladó ayer a la explanada de la calle Bailén situada frente al Palacio Real que, durante unas horas, se convirtió en una gran pista de baile. Miles de personas de todas las edades participaron en esta propuesta que el festival ha organizado por tercer año consecutivo y que en todas las ocasiones ha contado con una gran aceptación del público.

En esta ocasión la música ha corrido a cargo de la mítica orquesta madrileña Alcatraz, que, con casi cuarenta años de experiencia y actuaciones en todo el mundo, hace bailar hasta a los más reacios.

La noche se llenó de ritmos de uno y otro lado del Atlántico, desde el soul al rock pasando por el pasodoble, la rumba o el chahachá, y de versiones de hit de todas las épocas que cautivaron y emocionaron a los asistentes. Una actividad que, como el resto de las incluidas en Veranos de la Villa, permite otra forma de habitar y disfrutar del espacio público./