El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha visitado hoy los jardines del Buen Retiro con motivo de la rehabilitación que el área ha llevado a cabo en el entorno del Observatorio Meteorológico, ubicado en el parque histórico. Con esta obra, se ha integrado este enclave estratégico en los jardines, recuperando su historia para el disfrute de los ciudadanos. Como ha explicado Carabante, se trata de uno de los parajes menos conocidos y visitados por el público, ya que permanecía cerrado desde hacía años. El proyecto, con un presupuesto de 670.000 euros, ha contado con un plazo de ejecución de cuatro meses.
Los vestigios históricos que se han puesto en valor son el Reservado de El Retiro, el jardín isabelino alrededor del Castillo del Telégrafo Óptico, el Mirador de la Reina y el Baño de la Elefanta. También se han acondicionado los paseos y los ámbitos de las puertas de Granada y del Niño Jesús. Se ha realizado una actuación sobre el arbolado, elementos vegetales, obra civil e infraestructuras.
Los jardines del Observatorio Meteorológico tienen una superficie aproximada de 2,2 hectáreas y están situados en la zona sureste de El Retiro. Están delimitados por el paseo de Uruguay al norte, la prolongación de los caminos del paseo de Fernán Núñez al oeste, la linde con la cuesta del Niño Jesús al sur y la verja exterior de los jardines del Buen Retiro al este. En su interior se encuentran varios edificios de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) que tienen un uso privado.
Vegetación
La principal actuación ha sido la recuperación del diseño original del jardín de estilo isabelino, actualmente desaparecido y diseñado en 1876 por Eugenio Garagarza. Este proyecto consiste en pequeñas isletas de vegetación de forma orgánica e irregular, delimitadas por pletina metálica, que se adaptan a la posición de los árboles y edificios nuevos. Entre ellas, se han instalado caminos de terrizo que se abren a una pequeña zona estancial situada en el centro.
La mitad de este jardín se encuentra dedicada a un encinar centenario, lo que supone un conjunto excepcional dentro del arbolado de El Retiro, aunque es una zona umbría con falta de visibilidad y acceso difícil. Con la actuación realizada se ha potenciado su carácter agreste, regenerando la pradera natural y plantando pequeños arbustos y plantas tapizantes que aportan colorido y luminosidad.
Actualmente hay 426 árboles en esta zona, entre los que destacan 125 encinas, 96 castaños de indias, 36 olmos, 29 plátanos y 27 árboles del amor. Se ha proyectado la plantación de nuevos ejemplares: 41 almeces (Celtis australis); 16 árboles del amor (Cercis siliquastrum) y 17 encinas (Quercus ilex).
Mejora del tráfico peatonal
Otra de las actuaciones llevadas a cabo es la mejora de las infraestructuras y mobiliario de esta zona para facilitar el tránsito peatonal. En concreto, se eliminan los pavimentos en mal estado, bordillos que suponen barreras, alcorques con pletinas de acero y vallas metálicas.
El paseo de Uruguay, en el entorno de la Puerta de Granada, se modifica para mejorar la movilidad aumentando la superficie de acceso. Por otro lado, en el lateral que linda con los jardines de Cecilio Rodríguez se suaviza la pendiente existente para facilitar el movimiento peatonal. Los caminos que llegan a la plaza del Observatorio Meteorológico se han prolongado y se suaviza mediante una rampa el punto de encuentro con la cuesta de la avenida del Niño Jesús.
Los nuevos equipamientos cumplen los criterios de protección y conservación que corresponden a los Bienes de Interés Cultural (BIC), los más rigurosos de la normativa española. Los bancos de piedra caliza labrada que se ubican en el paseo de Uruguay se han restaurado y se han instalado otros nuevos tanto de piedra como del modelo Juaristi, de madera con respaldo. Las farolas, que pertenecen a los modelos Fernando VII y Villa, han sido restauradas y reubicadas, además se ha procedido a la instalación de once unidades nuevas del modelo Villa.
El Baño de la Elefanta
Este proyecto de rehabilitación también ha contemplado la recuperación del elemento histórico conocido como el Baño de la Elefanta, un estanque con rampa que era utilizado para la limpieza de los animales de la Casa de Fieras. Se recrea la traza del muro mediante una doble hilera de ladrillo rojo encastrado en el pavimento y se ha instalado una inscripción con el nombre en letras de acero.
Su existencia está plasmada en numerosos planos, documentos e imágenes de época, aunque se ocultó con tierra cuando los animales se trasladaron al nuevo Zoo de Madrid. Pizarro, que así se llamaba la elefanta, era conducida por sus cuidadores para bañarla. Los restos arqueológicos fueron hallados en el año 2001./