Los árboles de las infraestructuras verdes gestionadas por el Ayuntamiento de Madrid aportan un beneficio ambiental y económico que asciende a 7,9 millones de euros al año, según un estudio realizado por el Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad para conocer los efectos del bosque urbano sobre la calidad del aire, la reducción de la contaminación y la salud ciudadana.
Esta cifra aumenta hasta los 25,7 millones de euros si se añaden las infraestructuras privadas o gestionadas por otras administraciones públicas como los parques botánicos, zoológicos, instalaciones deportivas, viveros, huertos urbanos, parques forestales, edificios verdes, embajadas, universidades, cementerios y la vegetación espontánea que crece en solares no urbanizados.
En la ciudad de Madrid existe un bosque formado por millones de árboles, arbustos y herbáceas que forman un ecosistema que interacciona con sus habitantes y que incluye a los animales, el suelo, el aire o el río Manzanares y otras láminas de agua. Este nuevo concepto denominado Bosque Urbano cambia la idea que se tenía del parque tradicional centrada sólo en sus funciones estéticas o lúdicas.
El Ayuntamiento cuenta con un inventario detallado de todas las zonas verdes, los árboles, arbustos y praderas de titularidad municipal. Este listado, recogido en un Sistema de Información Geográfica (SIG) que se actualiza permanentemente, ha sido tratado con la herramienta i-Tree Eco para conocer el valor del Bosque Urbano. Se trata de un programa informático desarrollado por el Servicio Forestal de Estados Unidos que está siendo ampliamente utilizado en las principales ciudades de todo el mundo.
El estudio ha analizado diferentes valores como la cantidad de contaminación captada por los árboles; su efecto como sumidero de carbono; el ahorro en infraestructuras de canalización y evacuación de aguas pluviales gracias a la retención de la lluvia por parte de la vegetación; el consumo eficiente de energía en edificios; la producción de oxígeno que mejora la calidad del aire que respiramos y el ahorro en gasto sanitario por las incidencias médicas evitadas.
Entre los beneficios que se pueden cuantificar económicamente destaca la captación por parte del Bosque Urbano de 673 toneladas de contaminación con un ahorro de 5,5 millones de euros al año; el almacenaje de 470.789 toneladas de carbono y la producción de 77.802 toneladas de oxígeno. La vegetación evita anualmente la escorrentía de 814.791 metros cúbicos de aguas pluviales y un gasto de 1,7 millones de euros en obras de mantenimiento. Respecto a la salud, la disminución de incidencias médicas economiza anualmente 14,8 millones de euros a las arcas públicas.
Gestión del bosque
El conocimiento del valor del Bosque Urbano servirá para promover una gestión que mejore la salud humana y la calidad ambiental, así como la reducción del consumo energético o en infraestructuras de saneamiento de aguas pluviales. En este sentido, el Ayuntamiento de Madrid acaba de redactar el Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático y está elaborando el Plan Estratégico de Zonas Verdes, Arbolado y Biodiversidad.
El Área de Medio Ambiente y Movilidad gestionará el Bosque Urbano para utilizar aquellas especies que absorben más contaminación. El tratamiento de los árboles está enfocado a conseguir ejemplares de mayor tamaño con un incremento del volumen de su copa.
Censo de zonas verdes
El estudio ha calculado la existencia de 5,7 millones de árboles, con 506 especies diferentes, de los cuales 3,7 millones están situados dentro del casco urbano y pertenecen tanto al arbolado viario como a zonas verdes municipales y privadas. Los dos millones restantes forman parte de espacios forestales incluidos en el término municipal. Entre ellos destacan el Monte del Pardo, con 16.000 hectáreas gestionadas por Patrimonio Nacional, y la finca privada Soto de Viñuelas con 3.000 hectáreas.
De los ejemplares ubicados en la ciudad, el Ayuntamiento de Madrid se encarga directamente del mantenimiento de 1.740.000 árboles repartidos en calles y zonas verdes. La mitad de las calles, unas 5.000, están arboladas con unos 230.000 ejemplares mientras que el resto de árboles está plantado en 6.000 hectáreas de parques y jardines, de las que 1.600 hectáreas son de céspedes y praderas naturales.
El número de árboles que componen el bosque urbano es un dato importante pero la diversidad de especies, la calidad de los ejemplares y la cobertura arbórea que aportan son datos más relevantes para determinar la calidad del bosque urbano. Los mayores beneficios los aportan el pino piñonero y la encina, dado que representan entre el 43,8 % de la población y el 46,9 % del área foliar de los árboles estudiados. Hay que destacar que ambas especies son de hoja perenne, aportando un alto rendimiento durante todo el año, tanto en captación de contaminantes como en la retención de agua de lluvia.
Respecto a la captación de contaminación, el pino piñonero se encuentra en primer lugar con 53 toneladas/año seguido del plátano de sombra con 27 toneladas/año, que supera a la tercera especie en importancia (la encina con 20 toneladas) aun teniendo un menor número de árboles.
Salud
La contaminación del aire incide directamente en la salud de los residentes y visitantes de las grandes ciudades. Está comprobado que niveles altos de contaminación atmosférica generan la aparición de distintas patologías y enfermedades, especialmente de tipo cardiovascular y pulmonar.
El asma y los problemas respiratorios agudos son las patologías médicas más numerosas de las evitadas por la captación de contaminantes debidas al Bosque Urbano madrileño. Tiene especial relevancia, en términos de beneficio económico para el Sistema de Salud, la captación de partículas menores de 2,5 micras por los árboles de la ciudad y la captación de ozono. Se ha estimado que anualmente se han evitado 3.676 casos de asma y 4.089 síntomas respiratorios agudos en la ciudad de Madrid.
Fauna
El valor de la biodiversidad de Madrid también está garantizada por la variedad de fauna que vive en la ciudad y alrededores. A escasos 10 kilómetros a vuelo de pájaro de la Puerta del Sol viven y anidan varias parejas de especies en peligro de extinción, como el águila imperial ibérica, y vulnerables como la cigüeña negra o el buitre negro.
El paso de migraciones frecuentes de aves, en su ruta del norte de Europa – África, hace que se hayan identificado en el interior de la zona urbana de Madrid más de 200 especies distintas de aves y mamíferos. A estos animales hay que sumar los peces, reptiles, anfibios e insectos, entre los que hay catalogadas más de 44 especies de mariposas, que conforman la fauna del Bosque Urbano de Madrid.
Madrid, con sus 5,7 millones de árboles, es la cuarta ciudad más arbolada del mundo, según el modelo I-Tree Eco. Esta clasificación la encabeza Toronto (Canadá) con 10,2 millones de árboles, seguida de Atlanta (Estados Unidos) con 9,4 millones y Londres (Reino Unido) con 8,4 millones. Nueva York se encuentra un puesto por debajo de Madrid con 5,2 millones de árboles.
Respecto a la cobertura arbórea, el primer puesto corresponde a Atlanta con el 36,8 por ciento y el segundo a Washington (Estados Unidos) con el 28,6 por ciento. Madrid es la tercera con el 26 por ciento, mientras que Nueva York baja al séptimo lugar con un 20,9 por ciento./