Tras los buenos resultados de la experiencia piloto llevada a cabo en 2016 el Área de Medio Ambiente y Movilidad puso en marcha, en otoño del pasado año 2017, una nueva fase del proyecto Madrid Agrocomposta para fomentar el agrocompostaje de la fracción orgánica y su utilización como abono en huertos agroecológicos de proximidad. En esta ocasión, el proyecto durará dos años con un presupuesto de 243.059,96 euros.

La delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, ha visitado hoy, lunes 12 de marzo, el colegio Siglo XXI de Moratalaz, uno de los centros educativos que participa en esta experiencia, donde ha explicado la importancia de separar adecuadamente y reciclar la materia orgánica, y el carácter educativo del proyecto, que se está llevando a cabo también en varios centros escolares.

Este proyecto municipal, que cumple ahora dos años, tiene como objetivo explorar modelos avanzados de tratamiento mediante agrocompostaje y recirculación de la materia orgánica de proximidad, conforme a los compromisos adquiridos por el Ayuntamiento en 2015 en el Pacto de Milán (Pacto por un Sistema Agroalimentario Sostenible). Esto exige unos elevados estándares de calidad de recogida, con impropios (elementos que hay que retirar antes del compostaje como etiquetas de las peladuras de fruta o plásticos) inferiores al 1%, para que los residuos puedan ser recuperados como abono natural de alta calidad en fincas de cultivo ecológico y agroecológico y constituye un ejemplo de economía circular referente en Europa que está siendo seguido con interés por otras ciudades del continente.

100 toneladas en cinco meses

La nueva fase de Madrid Agrocomposta, la tercera, se puso en marcha el pasado mes de octubre de 2017 y hasta ahora se han recogido 100 toneladas de materia orgánica (más de 17 toneladas mensuales) con un bajo porcentaje de impropios (0,1%), que proviene de donaciones de 20 nodos: seis centros escolares, dos ampas, tres mercados municipales, varias empresas y comercios, un piso de acogida, un huerto urbano y un área de compostaje comunitario, la primera de la ciudad de Madrid.

La calidad en el proceso de separación y un correcto agrocompostaje es lo que permite que el compost resultante se aplique como fertilizante orgánico homologable (certificado agricultura ecológica) en huertas del parque agroecológico del Soto del Grillo en Rivas Vaciamadrid y de Paracuellos del Jarama.

En el proyecto piloto de Madrid Agrocomposta, desarrollado en colaboración con la plataforma ciudadana Madrid Agroecológico en 2016, se recogieron 32,5 toneladas de restos alimentarios en nueve nodos, con un porcentaje de impropios del 0,2%.

Plan de Residuos

El Área de Medio Ambiente y Movilidad está elaborando un Plan de Prevención y Gestión de Residuos con el que se quiere alcanzar los objetivos fijados por la Unión Europea en 2020 de reducir los residuos en un 20% y de incrementar el reciclaje de residuos en un 50%.

Dentro de dicho Plan se incluirá, la puesta en marcha de la separación y recogida selectiva de los biorresiduos en 17 zonas pioneras de Madrid iniciada en 2017, que continuará extendiéndose este año.

El agrocompostaje de materia orgánica, también incluido en el futuro Plan de Residuos, es una apuesta por la máxima calidad para la materia orgánica en Madrid, que se convierte en abono para alimentar la horticultura ecológica y agroecológica de proximidad, mejorando la viabilidad de pequeñas huertas y el suministro de alimentos frescos y de temporada a la ciudad de Madrid.

Innovación social y ambiental

Esta apuesta por el agrocompostaje del Ayuntamiento de Madrid está teniendo reflejo en otros municipios de la Comunidad de Madrid, donde se ha iniciado una línea de trabajo en el marco de un Grupo Operativo de Cooperación amparado por el Instituto Madrileño de Investigación en Desarrollo Rural y Agrario IMIDRA, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, qué busca de alternativas de renta y de actividad para los agricultores de la Comunidad de Madrid, y de mejora de los indicadores ambientales y de emisión de gases de efecto invernadero./

Inés Sabanés, delegada Medio Ambiente y Movilidad