Por primera vez en 30 años, madrileñas, madrileños y visitantes podrán volver a ver El Retiro desde las alturas y con una visión de 360 grados. Será desde la torre-mirador del monumento a Alfonso XII ubicado junto al estanque grande del parque. Las visitas, gratuitas, contarán con un guía especializado que se encargará de explicar la historia del monumento y de El Retiro. Comenzarán el 25 de abril y las reservas pueden realizarse, a partir del 3 de abril, en www.reservaspatrimonio.es.
Este tipo de visitas, que permiten subir a la base de la estatua ecuestre del monarca Alfonso XII, firmada por Mariano Benlliure, se recuperan después de tres décadas, ya que el mirador solo estuvo abierto al público en un corto periodo en la década de los 80. Se trata, por tanto, de un atractivo enclave con excepcionales vistas desconocido para gran parte de la ciudadanía.
En una primera fase, hasta finales de agosto, habrá cuatro visitas a la semana: dos los sábados por la mañana (11 y 11.30 horas) y dos los miércoles por la tarde (18 y 18.30 horas), de media hora de duración cada una. En el mes de septiembre se incorporarán dos más, los miércoles a las 19 horas y los sábados a las 12 horas.
La recuperación de esta nueva mirada a la ciudad se pone en marcha tras un intenso proceso de restauración y mejora de la torre mirador, de la estatua ecuestre y de todo el monumento dedicado a Alfonso XII.
Este hito arquitectónico está compuesto por dos hemiciclos con columnatas, que limitan una plaza estancial o de paseo y en cuyos frisos aparecen esculpidos los escudos de 49 provincias españolas.
En el centro se sitúa la estatua a Alfonso XII apoyada en un pedestal de más de 20 metros de altura. Su cúspide alberga el mirador, una sala acristalada desde la que se contemplan, en primer término, los caminos y la frondosa vegetación de El Retiro.
Y más allá, el horizonte madrileño por los cuatro puntos cardinales: desde las elegantes siluetas de los tejados de los barrios de Salamanca, Los Jerónimos y Las Letras, hasta algunos de los edificios emblemáticos de Gran Vía, como el de Telefónica, las características Torres de Colón, las agujas neogóticas de Los Jerónimos o el pináculo con toques modernistas del antiguo hotel Reina Victoria, en la plaza de Santa Ana.
La Dirección General de Intervención en el Paisaje Urbano y el Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid ha llevado a cabo obras de restauración de todo el monumento, en las que se han invertido un total de 281.000 euros. Esta intervención ha permitido atajar el deterioro del conjunto arquitectónico, muchos de cuyos elementos, fabricados en piedra caliza de Novelda, se encontraban muy erosionados y presentaban riesgo de desprendimiento. Asimismo, se ha llevado a cabo la rehabilitación y acondicionamiento de la torre mirador, y la limpieza de la estatua de bronce del monarca.
Un poco de historia
El origen de este conjunto arquitectónico se remonta al año 1887, cuando las Cortes le proponen a la reina regente María Cristina erigir un monumento dedicado a la memoria de su esposo, Alfonso XII, que había fallecido dos años antes prematuramente, a los 28 años. Las obras fueron sufragadas por suscripción nacional, con un fondo inicial de 250.000 pesetas aportado por la Corona. En mayo de 1902 se colocó la primera piedra en presencia de Alfonso XIII, que con tan solo 16 años acababa de ocupar el trono oficialmente. La inauguración tuvo lugar 20 años más tarde, el 3 de julio de 1922.
El proyecto se realizó mediante un concurso público que ganó el arquitecto barcelonés José Grases Riera. Se inspiraba en los monumentos a Guillermo I en Berlín y a Víctor Manuel II en Roma, dentro del estilo de exaltación nacionalista de la época.
En la creación de los grupos escultóricos participaron destacados artistas como Mateo Inurria, Miguel Blay, Aniceto Marinas, Josep Clará, Venancio Vallmitjana Agustín Querol, Rafael Atché y Mariano Benlliure, autor este último de la estatua ecuestre que preside el conjunto. /
Rita Maestre, portavoz Gobierno municipal