Introducir el principio de humanidad en el poder municipal, un poder fundamentalmente de gestión, es una de las claves sobre las que Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, ha puesto el acento hoy, lunes 26 de junio,  durante la inauguración del curso de verano La vulnerabilidad y los cuidados en las grandes ciudades, organizado por la Universidad Complutense con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid y la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI).

Carmena, que ha compartido mesa con Carlos Andradas, rector de la Complutense, y Margarita Barañano y Marta Domínguez, directoras del curso, ha recordado que uno de los temas precisamente abordados en la última reunión de la red Metrópolis, celebrada hace una semana en Montreal (Canadá) fue la posibilidad de crear desde Naciones Unidades un organismo que represente al poder local. “Se entiende que Naciones Unidas se basa en el poder de los Estados, cuando la mayor parte de las políticas públicas de gestión son de las ciudades”, señaló. Y dentro de esa gestión, cambio en la concepción y en la actitud de los responsables: “Tenemos que prepararnos para ser administradores de los derechos, porque todas las políticas sociales están fundamentadas en los derechos”.

Tres líneas básicas de actuación municipal

Carmena hizo un rápido repaso por lo que está haciendo su equipo de Gobierno bajo la guía de la ética de los cuidados y señaló tres de las líneas básicas para hacerla realidad. La primera gira en torno a  “la ciudad que administra con cuidado”. En ella se marca un empeño: “que todos los funcionarios tengan formación en esa ética de los cuidados”. Para la alcaldesa no se trata sólo de cumplir los procedimientos, sino de asegurarse de que la administración de los derechos hace suyos conceptos como empatía, consideración, preocupación.

La segunda línea, “La ciudad que cuida el espacio público y la vida en común”, requiere para materializarse de una estructura de cooperación constante. “Por mucho que la política se quiera hacer con la mejor fortuna, sin esa estructura, si no se tiene en cuenta a las personas a quienes va dirigida, siempre van a quedar huecos o áreas mal atendidas”.

Y hay un tercer apartado, al que la alcaldesa calificó de “singular” y en el que el Ayuntamiento va a profundizar: “la ciudad es sensible a la vida cotidiana”. En él se enmarcan los programas contra la soledad no deseada, un proceso habitual en las grandes ciudades por el que muchas personas se desligan del cuerpo social, pierden relaciones y afectos. “Me gustaría que esa reflexión tuviera el próximo año una proyección mayor con una exhibición de todo tipo de producción artística, literaria, cinematográfica de lo que representa la soledad en las ciudades”. /