La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha insistido hoy en la necesidad de ahondar en la sensibilización social para generar un ámbito en el que resulte incuestionable que los Gobiernos, en todas sus esferas (nacional, regional y local) garanticen la cobertura de una necesidad básica, la alimentación de la población.  “Es imprescindible –ha asegurado- que, dentro de esa sensibilidad social, nadie pueda cuestionar que todo el mundo tiene derecho a comer lo que necesita”. Poder generar esa sensibilidad pasa para la alcaldesa de Madrid por conocer “la trayectoria del hambre en el mundo”.

Las declaraciones las ha hecho en el transcurso de la II Conferencia contra el Hambre, celebrada hoy en CentroCentro, dentro del panel, “Ayuntamientos por el derecho a la alimentación”, en el que ha compartido análisis y debate con Laia Ortiz Castellví, concejala de Derechos Sociales de Barcelona; Consol Castillo Plaza, concejala de Desarrollo Humano de Valencia; Peio López de Munaín, primer teniente de Alcalde y concejal de Políticas Sociales de Vitoria-Gasteiz e Ignacio Trueba, representante especial de la FAO en España.

La conferencia  está promovida por la plataforma Carta contra el Hambre, formada por cerca de 40 entidades fundamentalmente de ámbito local y regional, y sigue la estela de la primera conferencia celebrada en abril de 2015. En esta segunda edición se quiere poner el acento en el papel de los municipios y la necesidad de impulsar un marco legal concreto que refuerce el reconocimiento del derecho a la alimentación como un derecho básico y fundamental que tienen todas las personas a una alimentación suficiente y apropiada y contemplar ese derecho dentro de las políticas públicas. Políticas que, para Carmena, necesitan sobre todo de una buena evaluación y una definición clara de objetivos para aumentar su eficiencia.  En este punto recordó  que tras su llegada al Ayuntamiento, una de las prioridades fueron los niños. “Una ciudad no puede permitirse que haya niños que crezcan con deficiencias por no comer lo que necesitan”. El estudio realizado en profundidad arrojó unas cifras reveladoras para orientar las políticas municipales: la desnutrición afectaba al 0,8% de los niños madrileños, sin embargo el sobrepeso y la obesidad superaba el 40%, fundamentalmente niños residentes en los distritos más pobres. “Esa es una línea de desigualdad brutal que no podemos consentir”, aseveró la alcaldesa. “Son datos –continuó- que nos tienen que servir para saber qué políticas tenemos que hacer para acabar con eso y lo estamos haciendo. Los niños que tienen becas de comedor están más en línea de sobrepeso porque  una comida no garantiza nada. A lo mejor nos tenemos que plantear  las cuatro comidas. Son nuestros niños y los tenemos que cuidar”.

En cualquier caso, las cifras de desnutrición en las ciudades de los países desarrollados, por mucha incidencia que puedan tener las crisis económicas, no son comparables con las de otras zonas del planeta en vías de desarrollo. De ahí que para Carmena, la mirada de los ayuntamientos tenga que elevarse más allá de las lindes de sus propias urbes./