La planta de incineración de Las Lomas del Parque Tecnológico de Valdemingómez funciona cumpliendo con todos los requisitos legalmente exigibles recogidos tanto en la normativa de residuos como en la que establece los límites para las emisiones industriales (RD 815/2013, por el que se aprueba el Reglamento de emisiones industriales). Todo ello se concreta en la Autorización Ambiental Integrada que otorga la Comunidad de Madrid para delimitar las condiciones de funcionamiento de la planta y los controles que se deben llevar a cabo.

En las últimas mediciones de dioxinas y furanos realizadas en el mes de noviembre de 2022, los valores de dioxinas medidos en puntos más próximos a la planta de Las Lomas se situaban por debajo de los valores medidos en otras zonas más alejadas de la incineradora, que se toman como blancos de referencia.

Además del estricto cumplimiento de la legalidad, el Ayuntamiento ha realizado estudios adicionales para analizar en profundidad las posibles afecciones al entorno de la incineradora. Concretamente, el Estudio de evaluación de la incidencia en la salud de las emisiones procedentes del PTV, de Madrid Salud, que concluyó en 2019 y el estudio realizado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que terminó en 2021.

Imágenes de archivo de la planta de Valdemingómez

El primero de ellos reflejaba que se aprecia un menor riesgo de salud por enfermedades respiratorias en el anillo más cercano a la incineradora (menos de 5 kilómetros) que en el anillo siguiente (5-8 km.). Este hecho contradice el planteamiento que sostiene el estudio que se ha conocido hoy de la fundación holandesa ToxicoWatch, encargado por la asociación Ecologistas en Acción, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), coordinado a su vez por Zero Waste Europe. En resumen, si las emisiones de la incineradora fueran las causantes de enfermedades respiratorias, el riesgo sería mayor en el anillo más próximo a la instalación.

Por su parte, la rigurosa investigación del CSIC refleja que la concentración de dioxinas y furanos en el entorno del PTV se encuentra en el rango inferior de las concentraciones, así como que en los casos en que se detectan niveles de concentración más elevados en la zona del PTV, la dirección del viento no arrastraría las posibles emisiones de Las Lomas. De manera, que las evidencias científicas permiten señalar que la planta de Las Lomas no es el origen de posibles contaminaciones que pudieran producirse en el entorno y, concretamente, de los compuestos orgánicos persistentes (COP) mencionados en el estudio de ToxicoWatch, que sostiene que se detectan en las proximidades de esa instalación.

Falta de rigor en el estudio empresarial

Por lo que se refiere a la publicación de la empresa ToxicoWatch, la metodología y rigor de su realización resultan muy cuestionables y no se garantiza trazabilidad alguna de las sustancias que se dice detectar en los elementos analizados (huevos, musgo, agujas de pino y otra vegetación). Su estudio utiliza una metodología absolutamente diferente a los criterios en que han basado sus controles la Organización Mundial de la Salud, la normativa comunitaria y los estados miembros, ya que se basa en biomonitorización de sustancias tóxicas en agujas de pino, ciprés de Arizona, huevos de gallina o musgos, mientras que la OMS y la UE optan por las mediciones en origen que permiten garantizar la trazabilidad de la muestra y, además, confirman los resultados obtenidos mediante espectrometría de masas.

La metodología de biomonitorización no es la que se recoge en las autorizaciones ambientales integradas vigentes, ya que, si bien la biomonitorización pudiera obtener información de las sustancias tóxicas acumuladas en muestras biológicas, el método no permite discriminar cuál ha sido el origen de la contaminación. Pero incluso aplicando este método de bioindicadores, hubiera sido necesario un mayor rigor científico en el estudio, ya que hay que tener en cuenta que existen diferentes factores que pueden afectar a la bioacumulación de sustancias tóxicas en las muestras biológicas.

Se echa en falta en el estudio una mayor trazabilidad de las muestras de huevos analizadas, ya que no acredita el origen de los mismos; así como un mayor control de la alimentación de las gallinas, de las aguas de riego de los árboles y musgos, así como de los suelos. Hay que tener en cuenta que la bioacumulación de las sustancias orgánicas se produce en mayor medida a través del aparato digestivo que del respiratorio. Tampoco se establecen suficientes valores comparativos de referencia respecto a muestras no afectadas por contaminación, siendo importante realizar un estudio comparativo exhaustivo de los bioindicadores en diferentes localizaciones para poder extraer conclusiones.

Los estudios municipales ofrecen garantías legales y científicas

Por el contrario, los estudios realizados por el Ayuntamiento se apoyan en metodologías contrastadas y en laboratorios que cumplen con todas las garantías. Concretamente, los análisis del estudio del CSIC se realizaron en el Laboratorio de Dioxinas del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC. Este laboratorio de dioxinas cuenta con la acreditación ENAC según criterios recogidos en la norma UNE-EN ISO/IEC 17025 para la realización de los ensayos en el sector medioambiental (CERT_1480_LE_1177).

El Ayuntamiento va a realizar otro estudio complementario que incluirá el análisis de sustancias orgánicas bioacumulables en la vegetación. Desde hace meses se está preparando la documentación técnica para elaborar los pliegos de un nuevo contrato. Adicionalmente, el nuevo servicio de explotación de la planta de Las Lomas, vigente desde julio de 2022, recoge la aplicación de nuevos valores límite de emisión más exigentes, adelantándose al cumplimiento de la nueva normativa comunitaria sobre esta cuestión. /