La delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, ha presentado hoy, en el Espacio Cultural Serrería Belga, Beethoven. Del corazón al corazón, una exposición sensorial que combina obras pictóricas con proyecciones artísticas y musicales inspiradas en Beethoven, en el año en el que se celebra el 200º aniversario del estreno de la Novena Sinfonía. En esta muestra, las pinturas de Andrés García Ibáñez, uno de los mayores representantes pictóricos del realismo español, conviven con obras de Francisco de Goya, coetáneo del compositor alemán.
Rivera de la Cruz, este martes, en la inauguración de la muestra
“No hay mejor momento que este año en el que celebramos los 200 años de la Novena Sinfonía para traer aquí esta exposición”, ha explicado la delegada. “Pensar que está en Madrid y además en un espacio que es del Ayuntamiento me llena de alegría, pues es un orgullo poner Beethoven. Del corazón al corazón al servicio de los ciudadanos”, ha resaltado. Rivera de la Cruz, asimismo, ha agradecido el trabajo de las personas que han hecho posible que Madrid albergue esta muestra, especialmente, al autor por “crear esta belleza” y a las fundaciones que han “remado en la misma dirección” para conseguirlo.
Beethoven. Del corazón al corazón propone un viaje reflexivo y emocional por la música de uno de los compositores más rupturistas e influyentes de todos los tiempos, Ludwig van Beethoven. Este viaje histórico, pictórico y musical se materializa en el trabajo del artista Andrés García Ibáñez y en esta serie pictórica beethoveniana, realizada entre 1996 y 2012, un conjunto de obras figurativas de grandes dimensiones con alusiones al mundo clásico e inspiradas en las composiciones de Beethoven.
Detalles de la muestra
La exposición se completa con dos pinturas de Francisco de Goya, un artista al que se ha comparado vital y artísticamente con Beethoven. Aunque nunca llegaron a conocerse, fueron coetáneos, murieron con apenas un año de diferencia, vivieron años decisivos en la historia europea y en la vida y trayectoria de estos dos genios se encuentran coincidencias reseñables. Para Andrés García Ibáñez, Goya y Beethoven son sus dos grandes maestros.
En concreto, Serrería Belga exhibe La condesa de Baena (1819) de Goya, cedido por la Fundación Zuloaga, de gran valor artístico, prólogo de sus pinturas negras y que se expuso por última vez en Madrid en 1961 en el Casón del Buen Retiro con motivo del cuarto centenario de la capitalidad de Madrid. De gran parecido compositivo con La maja vestida, presenta a una mujer recostada sobre una suntuosa otomana de tapicería rojiza. Su rostro serio, pensativo y de mirada profunda parece reflejar los tiempos convulsos en los que se pintó.
Además, puede verse Escena de la Guerra de la Independencia, óleo sobre hojalata atribuido a Goya, fechado entre 1810 y 1812, cedido por la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino. La Guerra de la Independencia dejó una profunda huella en el artista y este podría ser uno de los doce cuadros detallados en el inventario que realizó el propio Goya. De tonalidades oscuras y temática bélica, presenta personajes en plena lucha de una forma muy personal que puede verse también en otras obras de Goya estilísticamente muy parecidas, como El 2 de mayo de 1808 en Madrid.
Ruptura, libertad y romanticismo
Los cuadros de Andrés García Ibáñez resumen los ideales del Romanticismo, de la Revolución Francesa y de todas las utopías por las que luchó Beethoven, un compositor que marcó un antes y un después en la historia de la música, rompió reglas anteriormente establecidas y que está considerado por muchos como el primer compositor romántico.
El hilo conductor de la exposición, comisariada por Estrella Romero Jiménez, pone el acento en algunos de los temas fundamentales para Beethoven y que García Ibáñez refleja en sus lienzos, como son la sepultura de las tradiciones artísticas clásicas, una nueva época de libertad musical sin barreras, la bondad y la naturaleza, la sordera y sus tinieblas, las contiendas bélicas, el amor y la intimidad, la religión o la muerte.
Las piezas expuestas están acompañadas por instalaciones sonoras y códigos QR que permitirán al visitante contextualizar las obras y escuchar las composiciones de Beethoven en las que se inspiró García Ibáñez para realizar cada uno de los cuadros.
Entre las piezas musicales incluidas figura la Novena Sinfonía de Beethoven, que este año cumple dos siglos de su creación. Esta sinfonía, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una de las primeras en la historia en utilizar partes corales y tiene su reflejo en La fraternidad universal, un lienzo que muestra a los integrantes de un coro cantando desnudos y sin artificios y “vestidos” únicamente con sus voces y con su gestualidad.
La muerte de Dios sirve de cierre de la exposición. Un cuadro “irónico y desesperanzado”, en palabras de García Ibáñez. La obra hace alusión al modo personalísimo de entender la religión por parte de Beethoven, con un Dios sin intermediarios y rompiendo con la religiosidad más pura.
Esta muestra forma parte del compromiso de Serrería Belga con ofrecer una programación expositiva abierta al público en alianza con destacados agentes culturales, como es el caso, en esta ocasión, de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino y de la Fundación Zuloaga.
Sobre Andrés García Ibáñez
Andrés García Ibáñez (Olula del Río, Almería, 1971) es uno de los pintores más prolíficos de nuestro tiempo y está considerado como uno de los principales representantes del realismo figurativo junto al maestro Antonio López. Arquitecto, escultor y pintor, domina también la técnica del mural realizando obras en diversas iglesias y catedrales de España y Sudamérica.
Su obra contemporánea está marcada por un incisivo carácter irónico y crítico, sin dejar de lado la inspiración clásica de Goya o Velázquez. Melómano empedernido, la figura de Beethoven le acompaña en su vida y obra desde su juventud. La serie pictórica Del corazón al corazón (1996-2012) la conforman treinta y cinco cuadros figurativos con claras influencias de las pinturas de Goya, Velázquez y los ideales románticos alemanes del siglo XVIII, la mayoría expuestos en la colección permanente del Museo Ibáñez ubicado en Olula del Río (Almería). /