El Ayuntamiento de Madrid ha querido recordar y rendir homenaje a los hombres y mujeres de Madrid que sufrieron el horror de los campos nazis. De los 7.189 españoles que entraron en el campo de concentración de Mauthausen, solo 2.374 vivieron la liberación. La mayoría estaba fichada como enemigos de la dictadura franquista y no pudieron volver a España hasta la muerte de Franco en 1976.
“Recuperar el relato histórico con esas miles de personas anónimas que defendieron Madrid del fascismo es uno de los mejores actos de reconocimiento hacia ellas, y por nuestro presente y futuro, debemos mirarnos en los valores por los que lucharon”, ha dicho la portavoz del Gobierno municipal de viaje oficial a Austria, junto al resto de la delegación integrada por Mar Espinar y Ramón Silva (PSOE) y Pedro Corral (PP) y ante la placa en memoria de las madrileñas y madrileños que fueron deportados a campos de concentración nazis, colocada el año pasado por el Tercer teniente alcalde de Madrid, Mauricio Valiente. Además, la plaza a espaldas de la Casa de la Villa también tendrá un monumento, aquí, en Madrid, que recordará a las 549 personas de la ciudad que sufrieron esta barbarie, tal y como se anunció el pasado mes de enero.
Frente a décadas de silencio y consecuente olvido, Madrid ha emprendido un camino muy necesario como Ciudad de Memoria y por la defensa de los Derechos Humanos. “Rescatar del silencio aquello que fue negado es un deber ético de justicia y reparación, para con las víctimas, pero es también una responsabilidad con el pueblo madrileño que se enfrenta hoy a la posibilidad de reconocerse en su historia con referentes democráticos con los que construir una identidad colectiva”, afirmó la portavoz.
Memoria desde el presente
El acto –organizado por Amical de Mauthausen y Red Nunca Más- recuerda, con motivo de la liberación del último campo de concentración el 5 de mayo de 1945, a los cerca de 10.000 españoles en Francia que fueron deportados a los campos de concentración nazi entre 1940 y 1945 por luchar contra el fascismo. «El gobierno de Berlín, aliado de Franco, llamó a Madrid para preguntar qué debían hacer con los reclusos. Y Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores, contestó con un simple: Ya no son españoles. Los trasladaron a Mauthausen y les pusieron un triángulo azul, el color de los apátridas», relataba Maestre durante el homenaje en el que sonó ‘El canto a la libertad’, ‘A las barricadas’ o ‘La Marsellesa’.
“Su identidad política les llevó a ser deportados, formando parte del exilio republicano que también combatió a los nazis en la liberación del continente europeo. Su lucha contra el fascismo –continuó Maestre– debe ser un ejemplo público y reconocido por nuestras instituciones porque nos vincula con las mejores luchas democráticas en Europa”.
Pero el homenaje ha trascendido las fronteras del pasado. Recordar beneficia la “convivencia cotidiana de ese presente y es relevante a la hora de construir el futuro”, aseguró Maestre, quien abogó por el respeto a la diversidad y la lucha contra políticas xenófobas que construyen muros contra quienes huyen del hambre y de la guerra. /