El presidente del Fórum Español para la Prevención y la Seguridad Urbana (FEPSU) y delegado del Área de Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Javier Babero, ha elevado un informe a la Comisión para el estudio del modelo policial del siglo XXI, del Congreso de los Diputados, que recoge una serie de consideraciones sobre qué características deben reunir los cuerpos de policías locales.

El Fórum Español para la Prevención y la Seguridad Urbana (FEPSU) es una asociación de autoridades locales y autonómicas, constituida en 1998, con el objetivo de compartir aproximaciones y experiencias que permitan la definición de políticas públicas de seguridad. En España, representa al Fórum Europeo para la Seguridad Urbana, una asociación de entidades territoriales constituido el año 1987 y formado por más de 300 autoridades locales y regionales europeas.

El modelo policial es una pieza clave del modelo de seguridad que propone esta asociación, que considera que debe responder a diversos parámetros. El modelo policial debe pensarse dentro de un modelo integral de seguridad que tenga en cuenta que la vivencia de la seguridad es una cuestión compleja en la que participan factores diversos y diferentes a la mera presencia de delincuencia en un territorio: la estabilidad económica, la cohesión comunitaria, el uso compartido y pacífico del espacio urbano, la calidad del entorno urbano, la educación, etc. Por ello, las políticas de seguridad deben ser transversales e integrar diversos ámbitos de políticas públicas siempre poniendo el acento en la prevención.

Para adecuar el modelo policial a este marco integral de políticas de seguridad es necesario impulsar un cambio de cultura que refuerce la cooperación intercorporativa e interinstitucional basada en la lealtad y en la transversalidad.

La relación y el compromiso con la ciudadanía deben ser ejes vertebradores del modelo de seguridad. Es necesario superar completamente las políticas clásicas de ley y orden y adoptar un modelo moderno y de seguridad al servicio de la ciudadanía, centrado en las personas.

Es imprescindible impulsar la coproducción de las políticas públicas de seguridad. Definir un marco de coparticipación ciudadana en las políticas en lo relativo a la detección y definición de problemas, a la elección de formas de solución y a la evaluación del resultado de dichas políticas.

Proximidad y confianza entre ciudadanía y policía

Es necesario asimismo trabajar para establecer y consolidar relaciones de proximidad y confianza entre la ciudadanía y los cuerpos policiales. Para ello hay que conseguir que las organizaciones policiales reflejen la composición y la diversidad de la sociedad a la que sirven; garantizar que el trato con la ciudadanía sea percibido como justo y respetuoso y que se de respuesta a los problemas cotidianos que más afectan a la percepción de seguridad. La prevención y resolución de conflictos y la promoción de la convivencia deben ser una pieza clave del modelo de seguridad integral.

El modelo de seguridad debe dar respuesta a problemas concretos en lugares concretos, mayoritariamente urbanos. Es preciso desarrollar políticas locales de seguridad que reconozcan el rol esencial de los actores locales en su diseño e implementación. En este sentido, es importante que el nuevo modelo policial redefina y potencie las funciones de la policía local, la cual está en una posición privilegiada para desarrollar un modelo preventivo de seguridad que prime la proximidad y conocimiento del territorio y el desarrollo armónico del espacio público y de sus usos. El nuevo modelo debería también mantener y potenciar el rol de las policías autonómicas como policías de proximidad.

En cuanto a las funciones, es necesario superar el modelo actual basado en distribución exclusiva de competencias y con un rol auxiliar de la policía local, para ir hacia un sistema de atribución de funciones adaptadas al ámbito de actuación o la especialización de cada cuerpo policial. Además, es preciso evitar duplicidades, establecer mecanismos eficientes de coordinación entre policías y modelos de trabajo descentralizados, con alta capacidad de autonomía de agentes y unidades, que deben tomar decisiones y resolver problemas en breve espacio de tiempo.

En definitiva, el modelo policial del siglo XXI debería orientarse a conseguir una policía integrada en un sistema transversal y complejo de seguridad en que los destinatarios y principales actores sea la propia ciudadanía. Debería garantizar asimismo, a través de las condiciones de acceso y selección, una composición que refleje la realidad y el entorno sociales; y el fomento de valores y una cultura profesional basados en el respecto a los derechos humanos.

Esta nueva policía también tiene que ser capaz de implementar modelos de comunicación y relación con la ciudadanía basados en la proximidad y la confianza, y que integre la prevención y la resolución de conflictos de convivencia como pieza clave de un modelo integral de seguridad.

El documento se presentó ayer a la atención del Excmo. Sr. Jaime Miguel Mateu Istúriz, Presidente de la Comisión para el estudio del modelo policial del siglo XXI del Congreso de los Diputados. /