Sensibilizar a la ciudadanía madrileña sobre la necesidad de un reparto equitativo del trabajo de cuidados que sostiene los hogares y potenciar el reconocimiento de los derechos del empleo del hogar; apoyar el empoderamiento de las mujeres y su participación en la esfera pública en todos los ámbitos; y concienciar a madrileñas y madrileños para que tengan una actitud activa en la lucha contra la violencia de género, así como apoyar a las mujeres que la sufren con recursos municipales. Son algunos de los puntos acordados hoy en el Pleno municipal con motivo del Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo, y que recoge la Declaración Institucional presentada de forma conjunta por los cuatro grupos municipales.
Entre los acuerdos también se señala el compromiso del Ayuntamiento de Madrid en aumentar los recursos en atención a la violencia de género y a la violencia sexual, y a hacerlo desde un enfoque de género y de defensa de los derechos humanos; impulsar las acciones que dentro de sus competencias pueda desarrollar para luchar contra la brecha salarial; e impulsar medidas a favor de las mujeres que viven en situaciones de mayor vulnerabilidad, especialmente las familias monoparentales.
La Declaración Institucional aprobada hoy señala de forma íntegra:
“Hace más de un siglo que el movimiento feminista y las organizaciones de mujeres celebran el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo para reivindicar los derechos de las mujeres y reclamar la igualdad real y efectiva en todos los ámbitos de la sociedad.
En los actos y movilizaciones que se organizan en ciudades de todo el mundo, las mujeres demandan el reconocimiento de su papel político y cultural a lo largo de la historia, hacen visible su presencia en la actividad económica y exigen que se garanticen sus derechos humanos.
Las mujeres encuentran más dificultades y obstáculos que los hombres para acceder al mercado de trabajo, y todavía a día de hoy persiste una enorme brecha salarial que diferencia las retribuciones: las mujeres perciben un 14,9% menos que los hombres por el mismo trabajo.
La pobreza en nuestro país está feminizada, tiene rostro de mujer, y cuando se añaden circunstancias como la condición migratoria, la discapacidad, la etnia, la orientación sexual o la identidad de género, la discriminación aumenta exponencialmente.
Hoy el porcentaje de participación de las mujeres ha superado al de los hombres en todos los niveles educativos, y muchas han alcanzado altas cotas de cualificación. Sin embargo, esta realidad no se corresponde con los índices de acceso a cargos de responsabilidad en las empresas, ni siquiera en las instituciones públicas. Y aunque participan cada vez más mujeres en sectores laborales tradicionalmente masculinizados, como los relacionados con la tecnología o la seguridad, su representación en dichos sectores todavía es muy baja.
El legado cultural de las mujeres no está reconocido en la misma medida que el legado de los hombres, ni en las ciencias ni en las artes ni en la política. Las mujeres investigan y divulgan los referentes históricos y actuales de mujeres destacadas en diferentes campos de actividad porque necesitamos que estén presentes en nuestra sociedad y en las expectativas vitales de las más jóvenes.
Los cuidados de niños y niñas, mayores y personas con discapacidad recaen fundamentalmente en las mujeres dentro y fuera de los hogares. Todas las actividades de organización y atención de los trabajos domésticos y de cuidados son una condición ineludible para que la vida se sostenga, pero esta actividad, netamente feminizada, no computa en ningún índice económico. Y a pesar de que el empleo de hogar está solventando la crisis de cuidados de nuestros municipios, está incluido en uno de los regímenes más precarizados y sin acceso a los derechos sociales más básicos.
Millones de mujeres de todo el mundo, también en nuestra ciudad, denuncian públicamente la constante presencia de la violencia de género en sus vidas, las agresiones sexuales que sufren en el espacio público, en el empleo, en las calles, en ámbitos privados, en sus hogares, de día o de noche en las fiestas. En Madrid se están generando espacios libres de violencia y agresiones machistas, y las mujeres exigen el cumplimiento de su derecho al trabajo y a transitar libremente en los espacios públicos, sea la hora que sea del día a o de la noche; a disfrutar de la vida sin miedos y con alegría.
Las mujeres producen, reproducen y sostienen la vida en nuestras ciudades y reclamas una redistribución social y equitativa de los trabajos. Porque, si ellas paran, se para el mundo.
Este 8 de marzo millones de mujeres exigirán justicia, parando o visibilizando sus actividades cotidianas tanto en el empleo como en los cuidados. Desde el Ayuntamiento de Madrid queremos acompañar a todas estas mujeres que día a día enfrentar todos estos obstáculos trabajando, creando, produciendo y cuidando, para mantener la vida económica y social de nuestra ciudad.”/