‘Ciudades igualitarias. Guía práctica de urbanismo y género’ pretende ser una referencia para el desarrollo de un urbanismo que integra a todas las personas que habitan en la ciudad, sin que exista segregación por género, entendiendo los diferentes roles de hombres y mujeres en la sociedad. El cuidado de familiares, la conciliación laboral y personal, la violencia de género, las oportunidades laborales, la brecha salarial o la visibilidad social son algunos aspectos que muestran claramente la diferente situación de las mujeres respecto de los hombres,  corroborado con datos estadísticos.

Presentación de ‘Ciudades igualitarias’, una guía práctica de urbanismo con enfoque de género

 

Por poner algunos ejemplos, las mujeres en general dedican el doble del tiempo al cuidado de familiares y tareas del hogar; en España las mujeres pensionistas perciben 450 euros al mes menos que los hombres; y en nuestro país solo un 27% de los cargos directivos son ocupados por mujeres.

Propuestas urbanísticas para promover la igualdad

Desde la esfera del urbanismo se pretende también contribuir a reducir estas diferencias, puesto que el diseño de la ciudad y los espacios públicos tienen incidencia directa en cómo se desenvuelve la vida diaria de hombres y mujeres.

Por ello, el libro que se ha presentado hoy supone una reflexión sobre las cuestiones del planeamiento urbano y los parámetros sobre los que hay que incidir a favor de la igualdad. Por ejemplo, la densidad urbana y la diversidad de usos son dos parámetros cuantitativos determinantes de una ciudad que deberían permitir la conciliación de las tareas diarias, acortando distancias en un entorno que ofrece los servicios necesarios, para el buen desenvolvimiento de la vida cotidiana. Se trata de promover una ‘ciudad de proximidad’ o ‘ciudad de distancias cortas’.

El diseño de los espacios públicos, en la medida que determinan las posibilidades de ver y ser vistos, deberían generan seguridad para la autonomía de niñas y niños. El diseño universal y accesible es fundamental también para para la integración de las personas mayores. Espacios legibles, amables y sin barreras, que faciliten la autonomía de todas las personas en general, pero sobre todo de aquellas que, precisamente, están más frecuentemente al cuidado de mujeres.

También el diseño de los edificios como configuradores del espacio urbano tiene que contribuir a dotar a la ciudad de esta sensación de seguridad y facilidad de acceso, con fachadas abiertas, con ventanales, múltiples accesos, donde los vallados desaparezcan y con usos públicos en las plantas bajas que generen espacios con más vida urbana. Asimismo, las tipologías edificatorias o la existencia de espacios comunitarios deberían tener la capacidad de facilitar el encuentro y la relación social, así como facilitar nuevas formas de convivencia y contribuir a la integración de unidades familiares diversas.

Cambio en la política urbanística

La elaboración del libro ‘Ciudades igualitarias’, a modo de Guía sobre Género y Planeamiento, se inició en 2010 cuando todavía la perspectiva de género en el planeamiento urbano no era algo requerido legalmente, sino más bien una buena práctica en el marco de la estrategia de igualdad del Ayuntamiento de Madrid.

El motivo de su publicación en estos momentos es debido al cambio en la política urbanística del Ayuntamiento de Madrid,  que está adoptando nuevos enfoques y está fuertemente comprometida con el desarrollo del Plan Estratégico MAD-RE (MADRID RECUPERA), orientado a la regeneración urbana de la ciudad de Madrid.

Este plan se apoya en valores como la sostenibilidad, la inclusión social y el reequilibrio territorial, persiguiendo sobre todo mejorar las condiciones de vida de la ciudad existente y favorecer a los barrios más vulnerables. Es un nuevo tipo de urbanismo formulado desde la participación vecinal para garantizar el derecho a una ciudad más habitable y más integradora.

Además, es importante favorecer el uso del espacio público ‘libre de miedo’: no cabe hablar de equidad e igualdad si la mitad de la población sufre temor o restringe el uso y disfrute de la ciudad a causa del miedo. Para ello, es necesario redefinir el concepto mismo de seguridad, mostrando que esta cuestión tiene que estar integrada en la planificación y en la elaboración de proyectos. La Policía Municipal de Madrid también atenderá a los resultados de este estudio en este sentido para la planificación de patrullajes en los barrios, por ejemplo.

La perspectiva de género es por tanto una cuestión intrínseca a la política urbanística del actual equipo de gobierno, que además ha ganado fuerza legislativa con algunas sentencias que consideran preceptivo acompañar al planeamiento general y de desarrollo de informes de impacto de género que certifiquen que en la fase de diseño de la ciudad se están sentando las bases para un funcionamiento acorde a los principios de la ciudad igualitaria./